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Esparcidor de m...

El oficio que da nombre a este escrito no es nuevo en política. Existe hace ya mucho tiempo y al personal nos parecía hasta normal, porque la osadía de los esparcidores solía basarse en certezas o seguridades de mínima garantía. Hoy el PP, el partido de la imaginación desbordante, el partido que ya nos ofreció en su día la estupenda historia de aquel concejal suyo en La Carolina, el inefable Bartolo secuestrado y heroicamente escapado de las garras de ETA, hoy en ese mismo PP, dos preclaros políticos, Nerea Llanos e Iñaki Oyarzábal, refrescan y dan brillo y lustre al referido oficio, esparciendo sobre el PNV toda la m... que pueden, porque ellos están de ella hasta más arriba de la crisma. Como no pueden con nosotros en la política decente, acuden a la indecente y, siguiendo a Voltaire “calumnia que algo queda”, esparcen algo de la muchísima m?? que les ahoga, sobre lo más limpio que hay en la política del Estado. En el PNV tenemos batzokis, como dijo un día uno de nuestros más distinguidos políticos, lo que no tenemos son Bárcenas.