La primera vez que pude ver televisión es de las cosas que más recuerdo de mi infancia. Tendría 4 o 5 años y la sociedad Danok Bat de Antzuola colocó un aparato que acogía a su alrededor a toda la chiquillería del pueblo. Allá conocí a Herta Frankel, quien nos hacía reír y emocionarnos con historias que en un principio creíamos que realmente les ocurrían, hasta que, a medida que fuimos madurando, supimos que se trataba de historias que inventaban para entretenernos.
Esta nostalgia de hace más de 60 años viene a cuento de haber escuchado una entrevista radiofónica al inefable intelectual A. Otegi, en la que preguntado sobre la Ertzaintza, que se ve no le gusta, contestó, y transcribo lo dicho para evitar malas interpretaciones: “Comparen ustedes las series de policías nórdicas, incluso las de Gran Bretaña, y vean cuál es el modelo policial absolutamente diferente que hay en una y otra. En las series nórdicas, incluso de Gran Bretaña, ustedes no verán que la policía está todo el día sacando la pistola, es más, en muchos casos no llevan pistola”.
Además de parecer A. Otegi poco viajado por los países nórdicos, incluso por Gran Bretaña, donde la policía muchas veces no solo lleva pistola, lleva fusil, resulta que al basar su opinión en la ficción de series de TV obviando la realidad, podría que en próximas elecciones promueva el modelo de vida en USA, donde todos son la buena gente de Friends o algo zumbados pero superlistos como los de Big-bang. Y como modelo policial me sorprende que no se le ocurra el de Romerales, entrañable policía sin pistola de Farmacia de guardia, o el de los nórdicos alemanes que, sin armas, todo lo solucionan solo con el perro Rex. Y es que hasta la madurez no te das cuenta de que ficción no es realidad.
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