Hace apenas unos días hemos dado un paso que, estoy convencida, marcará un antes y un después en la historia reciente de nuestra comarca: hemos botado la Mesa de Formación e Innovación del Sector Atunero de Bizkaia. Esta mesa nace con la vocación de fortalecer y proyectar el enorme impacto económico, social y territorial que el sector atunero congelador genera en Euskadi. Según el Estudio de Impacto Económico de la Cadena de Valor del Atún Congelador Vasco en el Mundo (2020), este sector soporta más de 29.000 empleos, de los cuales 3.714 se mantienen en Euskadi –1.711 en pesca y 2.003 en transformación–. Su impacto económico total asciende a 1.889 millones de euros, de los cuales 881 millones se quedan en Euskadi (448 millones procedentes de la actividad pesquera y 433 millones de la transformación).

Con estas cifras en mente, la mesa nace para ayudar a preservar y multiplicar ese valor, garantizando que nuestro modelo siga siendo competitivo, sostenible y generador de oportunidades para las próximas generaciones.

Nace con humildad, pero también con una enorme ambición. Nace desde Bermeo, desde nuestra puerta abierta al océano, de esa mezcla de salitre, tradición y orgullo que siempre nos ha definido. Y nace mirando al futuro: formar, innovar y atraer talento para que sigamos siendo un referente mundial en sostenibilidad, calidad y conocimiento en torno al atún y al bonito del norte.

Cuando pienso en lo que este sector ha significado para Bermeo —empleo, identidad, progreso, comunidad—, me emociona imaginar lo que todavía puede llegar a ser si seguimos trabajando juntos. Hoy, la mar vuelve a llamarnos, no solo para pescar, sino para preparar a quienes vendrán después, para generar cantera, para ofrecer a las generaciones que vienen una oportunidad real de crecer y de sentirse parte de algo grande.

La creación de esta mesa llega, además, en un momento especialmente ilusionante. El Plan Estratégico Comarcal de Busturialdea ha situado la economía azul como uno de los ejes con mayor capacidad de tracción para el futuro de nuestra comarca. Y ahí, desde Bermeo Tuna World Capital, queremos ser motor y catalizador, uniendo fuerzas entre administraciones, armadoras, centros formativos y el conjunto de la cadena de valor que representa nuestra asociación, para que este impulso se traduzca en empleo, innovación y oportunidades. Este impulso se alinea con la Estrategia Vasca de Economía Azul y con los objetivos europeos de transición sostenible.

Me gustaría hacer una mención especial al impacto que este proyecto puede tener en el apoyo e impulso al sector de la pesca de bajura, que desempeña aquí un papel decisivo. Además de ser esencial para garantizar la cadena de suministro de bonito del norte a nuestras conserveras, es también la escuela natural, el “Lezama” de la gran industria atunera congeladora. Nuestros Mikel Jauregizar de la mar –los patrones, maquinistas y marineros que hoy navegan en los grandes buques de altura– salieron de esa cantera. Por eso necesitamos crear el mejor espacio posible para formar, aprender y compartir conocimiento aquí, en Bermeo, donde la experiencia y la vocación se dan la mano.

En esta primera travesía contamos con un equipo plural y comprometido. Quiero poner en valor sinceramente la implicación de todos los agentes que están haciendo posible este proyecto: armadoras que aportan experiencia y visión global; la Escuela Náutico-Pesquera de Bermeo, que cree en el talento y en la mejora continua; y, muy especialmente, el apoyo institucional del Gobierno vasco y la Diputación Foral de Bizkaia, que están acompañando este proceso desde el primer momento, a pie de obra, definiendo y asumiendo compromisos desde la botadura del proyecto. A todos ellos gracias, de corazón, por su implicación y su fe en este sueño común.

Sé que el camino no será fácil. Cambiar dinámicas, adaptar programas o atraer a jóvenes hacia la mar exige tiempo, esfuerzo y convicción. Pero también sé que no hay reto más bonito que construir juntos el futuro de Bermeo, de Bizkaia y de Euskadi. Esta mesa es el primer paso: un espacio donde formación, empresa e instituciones se dan la mano, donde escuchamos y decidimos juntos, y donde el conocimiento se transforma en acción.

Mi ilusión –y me atrevo a decir que también la del conjunto de la tripulación de Bermeo Tuna World Capital– es que, con el tiempo, este foro se consolide como el embrión de un gran hub de conocimiento e innovación, al servicio de toda la cadena de valor del atún y del bonito del norte. Un lugar donde se formen las personas que mantendrán viva nuestra tradición marinera, pero la proyectarán al mundo con orgullo, innovación y sostenibilidad.

Porque el futuro azul de Bermeo no se escribe solo en los barcos ni en las fábricas. Se escribe con su tripulación, con las personas: quienes enseñan, quienes aprenden, quienes emprenden, quienes se enrolan y quienes, desde el compromiso y el amor por la mar, siguen creyendo que lo mejor de esta historia está aún por venir. Seguimos trabajando a la bermeana. Bermeoko erara!

Directora de Bermeo Tuna World Capital