El emperador de la insensatez dice ahora que, si Hamás no reactiva la entrega de rehenes israelíes, “abrirá las puertas del infierno” sobre ellos, que es decir que las abrirá en Gaza, de donde pretende deportar a los civiles palestinos para hacer un resort. El tránsito de la estupidez a la locura va desde quien pretende apagar un incendio con un vaso de agua a quien lo intenta con uno de gasolina. Trump revela la pérdida del sentido de la realidad que marca sus actos cada vez que debe acreditar un mínimo conocimiento de lo que habla. El infierno es donde viven los palestinos. Abrir sus puertas solo hará que corra el aire.
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