EL Museo Guggenheim Bilbao busca, nada menos, que nuevo director o directora. El anuncio de Juan Ignacio Vidarte de abandonar la dirección a finales de año tras la friolera de 32 años de mandato abre un periodo de búsqueda que no será fácil. Porque el Museo Guggenheim Bilbao no es cualquier cosa. Su influjo supera fronteras y se ha convertido en uno de los principales tractores económicos de Euskadi. El propio Vidarte afirmaba ayer que su sucesor o sucesora deberá conocer cuál es la realidad socio-política del país para poder desempeñar su labor de manera excelente en todos los sentidos. Y es precisamente ahí donde reside el secreto del éxito.