ESTOY convencido de que Broncano y La Resistencia deben buena parte del éxito que han tenido a las dos preguntas que acostumbran a hacer a todos sus invitados. Una ¿cuánto dinero tienes en el banco? La otra, ¿cuántas relaciones sexuales has tenido durante el último mes? Y eso dice más que cualquier estudio sociológico sobre el mundo en que vivimos y sí, lo admitamos o no, también sobre nosotros mismos. En primer lugar, nos confirma que el dinero y el sexo continúan siendo cuestiones tabú y siguen ocupando un lugar privilegiado tanto en nuestras conversaciones como en nuestros pensamientos. Además, y con esto sí que no desvelo nada nuevo, evidencian que la actual es una sociedad curiosa, cotilla y con una importante querencia al chismorreo. Somos muy dados a fijarnos más en lo accesorio que en lo central, especialmente cuando lo secundario tiene elementos para convertirse en chisme de barra de bar.

El mejor ejemplo de esto que digo es lo que está sucediendo estos últimos días a cuenta del caso Mediador, término que posiblemente no te diga nada hasta que te hable del Tito Berni, que es el nombre comercial del protagonista de la trama. Y es que este es un asunto en el que, supuestamente, un diputado socialista en el Congreso hacía valer su influencia política para compadrear con empresarios cercanos; pero lo que ha trascendido, con la habilidad del PP y de sus medios afines, que los tiene y no son pocos, no es el qué, sino el cómo o, especialmente, el con quién. Y destaco la destreza de los populares en esto porque sí, incomprensiblemente, es innegable que hoy a un político le pasan más factura sus aficiones que sus supuestas acciones. En fin, resumiendo, que llama la atención, y no precisamente por inesperado, que dos semanas después de que haya dimitido el Tito Berni, no sepamos el nombre de sus amigos pero hayamos podido conocer, con pelos y señales, todo tipo de detalles sobre sus amigas.