LE quitaban de las manos las ofertas de rebaja fiscal y el partido Tory la eligió tras descartar a todos los flojos que no se atrevían a ofrecer el oro y a deportar al moro. El éxito le ha durado 44 días. Y pensábamos que no podría haber peor primer ministro británico tras Boris Johnson. Bastaba un poco de empeño. La experiencia del populismo como palanca de poder en Reino Unido ha dejado, Brexit mediante, una generación política barrida. El plan de dar a la gente lo que pide, no lo que necesite, toca fondo. Pero no faltará quien siga dispuesto a profundizar en él.