Tiene razón la presidenta de los empresarios de Bizkaia cuando dice que sangrar fiscalmente a las empresas amenaza su actividad. Pero no se apuntó ayer al discurso de la rebaja de impuestos que auspicia el pensamiento de la derecha, como el Gobierno vasco no se apunta al de la incautación de beneficios que auspicia la izquierda. Reducir la recaudación tampoco sostendrá la estructura pública, tractora en tiempos de crisis y sostén del equilibrio social. A las empresas no les interesa una sociedad sin demanda interna ni un sector público que no contrata por falta de fondos.