ON esa fijación por dejarnos llevar por la corriente que crean los iconos de éxito más que por el sentido común o el análisis de la realidad, igual el mero hecho de que Amancio Ortega haya decidido invertir un pastizal en generar energía renovable acaba de convencernos de que, además de ser una necesidad imperiosa, puede ser un gran negocio. La dependencia de los hidrocarburos que manejan otros nos debilita ambiental, económica y políticamente en el mundo. Nuestro mar, nuestra lluvia, nuestro viento, nuestro subsuelo, nuestro sol -cuando lo hay- nos harán más libres y sostenibles.