O han llamado el "día de la libertad". Miles de británicos salieron a la calle a hacer la cuenta atrás y celebrar por todo lo alto -o sea, empinando el codo- el fin de las restricciones en su país, incluida la mascarilla, determinado para lograr la inmunidad de rebaño a lo bestia. Algo que ya intentó, por cierto, Boris Johnson al principio de la pandemia y tuvo que recular. Con el primer ministro casualmente confinado por el positivo de su ministro de Sanidad -toma ya-, a partir de ahora en Gran Bretaña impera la barra libre. Muchos de ese rebaño ya vuelan, "libres" ellos, hacia la península.