ELEBRAMOS el 14 de abril como la memoria inexistente de una adhesión popular a la República como compendio de nuestros ideales o como si solo significara la oposición a la Monarquía. Pero no queremos la república jacobina que uniformiza culturalmente, lamina los sentimientos nacionales periféricos sin preguntar o la que fue inspiración de casi todos los movimientos de emancipación posteriores, la proclamada por la revolución norteamericana, en la que el ideal también lo encarnaban un puñado de terratenientes esclavistas. ¿A ver si lo que en realidad nos gusta de la república es la democracia?