L papa Francisco debe tener un pacto con Dios. Otro, aparte de su pontificado, quiero decir, en el que lo mismo bendice las uniones entre homosexuales que maldice las ideologías. En la visita de ayer de Pedro Sánchez y su esposa Begoña Gómez al Vaticano, ambos llegaron con sus mascarillas puestas pero después se las quitaron porque, según dice Moncloa, es el protocolo en la casa del papa. Las imágenes sin el tapabocas, sin distancias -al contrario, eran más bien cortas- y con toqueteo de objetos causan estupor. Será que el Vaticano es inmune (también) al covid-19.