XISTE una cierta intuición compartida sobre que los datos reales de impacto social de la pandemia no recogen la realidad. Que hay más muertos, más contagiados y más recuperados de los oficiales. Hay un principio de utilidad en manejar datos lo más fiables que sea posible. Permite conocer la dimensión real, el comportamiento objetivo del virus y el impacto sobre la salud y cómo minorizarlo. Pero también hay una práctica insana en tratar de centrar toda la atención en datos fríos y absolutos. Sin comparación con otras realidades, miles de muertes son insoportables.