UN juez o jueza tomará hoy una decisión trascendental para la vida de millones de personas: los horarios de los partidos de fútbol de Primera División. Una persona cuya alta misión es impartir justicia se colocará la toga y las puñetas y tras haber estudiado concienzudamente argumentos, fundamentos de hecho, fundamentos de derecho y demás, dictaminará si los viernes y los lunes son hábiles para que los pateadores del cuero esférico, miles de asistentes y, sobre todo, las cámaras de televisión disfruten de su oficio y beneficio. Maldita sea mi estampa.