PEDRO Sánchez va a tener que hacer gala de su probada capacidad de resistencia unida a su proverbial alianza con la suerte política. Ofender a quienes necesitas de forma casi inevitable no parece la mejor estrategia. En Nafarroa, los socialistas han vuelto por sus fueros -con perdón-, con el consiguiente cabreo monumental de las fuerzas del cambio, con Geroa Bai y EH Bildu en cabeza. En Barcelona, el PSN ha apoyado a Colau, impidiendo a ERC acceder a la alcaldía. Pero Sánchez necesita la complicidad de quienes ha despreciado para ser presidente. A ver qué inventa.