Vitoria-Gasteiz se observa hoy con lupa. Politólogos, sociólogos, periodistas, analistas de todo tipo en definitiva, esperan a ver qué hemos decidido los y las gasteiztarras en una nueva cita electoral para el inquilino o inquilina de la casa consistorial. La candidata del PP, Leticia Comerón, según las encuestas, parece que no podrá frenar el descalabro vivido por su partido a nivel estatal el pasado 28-A. En una ciudad de corte conservador juega en su contra, además, la fragmentación de la derecha, si bien desde la propia formación no han perdido la fe de creer en la fidelidad de su electorado para evitar el desastre.

La pugna, por tanto, se dirime entre Gorka Urtaran, de EAJ-PNV y actual gestor; y la candidata de EH Bildu, Miren Larrion, a los que las encuestas dan un empate técnico. Ambos confrontan dos modelos de ciudad respaldados por sus máximos dirigentes: el lehendakari Iñigo Urkullu y Arnaldo Otegi. Porque nadie se debe olvidar, y haría mal en hacerlo, que Urtaran y Larrion no son dos personas que se presentan solas. Pertenecen y se deben a sus partidos políticos. Los versos sueltos en política no existen como tal. Puede haber soga a kilómetros, pero siempre hay amarre a puerto. Y es el partido el que respalda un programa que, después, deben aplicar a la gestión diaria. Es decir, a los impuestos, el urbanismo, el ecologismo, la igualdad o los macro-mini-proyectos. Y lo que promulga como directrices programáticas para la sociedad vasca el lehendakari igual vale para Urtaran que lo que promulga Otegi vale para Larrion.

Hoy estamos llamados a las urnas y los resultados mañana abrirán un nuevo juego de alianzas obligadas en Vitoria-Gasteiz. Nunca en este municipio ha habido una mayoría absoluta y tampoco se espera para hoy. Al contrario. Y eso también se debe tener en cuenta a la hora de votar. La capital alavesa exige de entendimiento y diálogo para ser gobernada y superar, a ver si esta es la legislatura definitiva, la bronca y el desatino por el que tristemente algunas veces se ha hecho famosa.

Así que las cartas están sobre la mesa y solo debemos decidir cuáles son las que queremos. A la persona que lidera el proyecto y al partido que le respalda. No solo se trata de la lista que aparece en la papeleta, sino el conjunto. En el paquete va todo.