MI amona de Mutriku solía hacernos hincapié en que "había que santificar las fiestas", es decir, distinguir solemnemente el día señalado. Misa mayor, estrenar traje, comida con pollo y película tolerada... podía ser un buen esquema de santificación de las fiestas.
El recuerdo del 75º aniversario de la destrucción total de una villa simbólica como Gernika hubiera requerido la petición de una debida santificación de la efeméride, es decir, un recuerdo cónsono con la magnitud del hecho a recordar. La fecha lo merecía. Sin embargo a este 75º aniversario le ha faltado impacto. Se han hecho cosas pero muy deslavazadas.
Destruir una villa como banco de pruebas y decir que fueron los rojos separatistas los autores de la masacre; romper la barrera del sonido de la censura y del Comité de No Intervención, gracias a la valentía del corresponsal del Times. Que Pablo Picasso nombrara su obra cumbre con el nombre de Guernica y que el cuadro se convirtiera en un grito contra la guerra. Lograr una carta colectiva de la intelectualidad católica europea contra una sublevación que se presentaba como una Santa Cruzada. Convencer al presidente alemán Roman Herzog para que pidiera perdón por aquella destrucción hecha por los nazis. No lograr ni una simple excusa de un Estado como el español en cuyo nombre se bombardeó la villa. Mantener la llama de la protesta durante todo el franquismo y que, internacionalmente, se supiera que había sido la Legión Cóndor, al servicio de los sublevados, la autora de la tragedia. Contar con la bendición de que haya personas supervivientes del bombardeo (víctimas del terrorismo) que han podido contarnos cómo fue todo aquello y todo esto en el contexto de la desaparición de una ETA que se había arrogado la representación del pueblo vasco para matar... Es preciso recordar que otra había sido la conducta del gudari Joseba Elosegui al arrojarse en llamas ante el dictador para llevarle a su pupila el horror que había ocasionado el 26 de abril de 1937. Y la posterior evacuación de miles de niños, la caída de Bilbao, la cárcel, los fusilamientos, el exilio y la máxima condecoración para Franco por parte de la villa que él había arrasado.... En definitiva, el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
No me digan, que todo esto junto no tiene elementos para organizar cantatas, edición de libros, filmación de películas, obras de arte de recuerdo, simposios, actos solemnes...
Así como hace 75 años en el sitiado Madrid republicano, el bombardeo fue una noticia de gran impacto, 75 años después y a pesar de nuestras preguntas parlamentarias al gobierno, la noticia ha pasado totalmente desapercibida. Les irrita que se hable del conflicto vasco y no se dan cuenta de que para entender este no hay que hacer el menor caso a ETA, sino a hechos como aquellos bombardeos de Otxandio, Eibar, Amorebieta, Ugao, Bilbao, Durango y Gernika. Lo había dicho Mola, "si no os rendís, arrasaré Vizcaya" y Gernika no fue más que el cumplimiento de aquella salvajada. En el Diario de Navarra escribieron el 4 de mayo de 1937: "La destrucción de Guernica no ha sido la obra de los nacionales y no se ha producido por bombardeo aéreo sino, todo lo contrarío, ha sido un acto salvaje de vandalismo perpetrado por los rojo-separatistas, ellos mismos". Pues bien. Han pasado 75 años y Diario de Navarra pasa del tema. Como pasó RTVE, que tenía obligación de analizar un hecho tan singular. Prefirieron dedicarle la efeméride a Manuel Gutiérrez Mellado. Si la democracia es un régimen de opinión pública se prefiere una sociedad desinformada sobre lo vasco o que se le informe solo de las víctimas de ETA. Los supervivientes de un bombardeo que se quedaron sin seres queridos, sin casa, sin pueblo, sin nada y a quienes además dijeron que habían sido los responsables ¿no son víctimas de la barbarie? El diario El País, que podía haber marcado una pauta de actuación, solo publicó un artículo de Antonio Elorza, donde por lo menos solicitaba el Guernica para la villa foral. El resto solo fue silencio. Normal. Gernika no es España. "Aguirre miente -dijo Franco-. Nosotros respetamos Guernica como respetamos todo lo que es español". Pues no.
El silencio del PP y del PSOE (Indalecio Prieto fue un fustigador de los que negaban la autoría del bombardeo) y la falta de tratamiento de los medios españoles ante una fecha tan redonda me ha parecido algo a tener en cuenta. Todo ha sido dramáticamente expresivo.
No puedo opinar con cabal conocimiento de causa sobre las decenas de iniciativas emprendidas y que han contado con gentes que con la mejor voluntad han hecho todo lo que han podido y más. Destaco el trabajo de la Asociación Gernikazarra. El libro Sustraía Erreak 2, Guernica 1937, que es una revisión y actualización del tomo publicado hace 25 años por los historiadores gernikarras y presentado en la Casa de Juntas es un trabajo muy, pero que muy, meritorio. Son 416 páginas de todo lo que hoy se conoce del bombardeo de Gernika, incluso la identificación de 153 fallecidos y del porqué no hay más datos.
También es de destacar el documental Zerutik sua dator!, financiado por la Diputación de Bizkaia. Es una película que se debería proyectar en Madrid, Barcelona, París, Berlín, Roma y en todos los Centros Vascos del mundo porque es un trabajo espléndido, más que sobre la guerra sobre la paz, y filmado con gran sensibilidad. Pero así como tengo conocimiento de estas dos iniciativas no se qué tal estuvo la entrega de los VIII Premios, ni la inauguración de la escultura Agonía del Fuego de Nestor Basterretxea, que me parece que no se puede comparar ni de lejos con la escultura de Chillida en el cincuenta aniversario. Sí me pareció un acierto que sonara la sirena a las cuatro de la tarde. Pero esa sirena debería haber sonado en toda Euzkadi. Y me imagino que estuvo todo bien organizado en el cementerio, pero a mi juicio debería haber tenido una mayor presencia de invitados y la misma solemnidad que dan los japoneses al recuerdo de Hiroshima y Nagasaki. Nos falta cierta teatralidad para acentuar los hechos. Seguramente la representación teatral Gernika Sutan estuvo muy bien y la manifestación en silencio y el relato en las ikastolas por los supervivientes debió ser algo didáctico y emocionante. Y no critico esto. Critico el poco énfasis de lo oficial.
Desde luego, el perdón del rey Juan Carlos y el Guernica. Puestos a pedir perdón, esto lo merecía más que su caza de elefantes y en un escenario ideal ha faltado un gran acto político en el frontón con presencia del presidente alemán, del rey, de todos los lehendakaris y presidentes del Parlamento Vasco de todos los parlamentarios y junteros, los diputados y senadores. Todas las víctimas y alcaldes, todos los cónsules y el embajador inglés, alemán e italiano. Y en este acto, reconocer todos los hechos, pedirle a ETA que desaparezca y reconocer a las víctimas de aquel sufrimiento. Un acto mundial. ¿Demasiado? Un gobierno democrático en Madrid debería de haber ayudado a ello y un activo Gobierno vasco aquí haberse implicado a tope en un acto semejante. Pero no se ha querido. Todo ha sido local, de cercanías, sin repercusión. Y vuelvo a decir que respeto a todos los que han trabajado y dado lo mejor de sí mismos en la organización de los actos, pero una fecha tan redonda requería una acción de difusión y propaganda como fue la de decir que habían sido los rojos separatistas los autores de la masacre.
Dijo el lehendakari Aguirre en 1937: "Ante la inaudita desaprensión de los elementos rebeldes, afirmando que somos nosotros quienes incendiamos nuestros pueblos, elevo ante el mundo mi voz de protesta, la más enérgica y encendida, apelando al testimonio de los numerosos periodistas y representantes consulares que con terror han contemplado hasta dónde llegan los instintos de destrucción de los mercenarios al servicio de los fascistas españoles. Ante Dios y la Historia que nos ha de juzgar, afirmo que durante tres horas y media los aviones alemanes han bombardeado con una fiereza desconocida hasta aquí, a la población civil indefensa de la histórica villa de Guernica, reduciéndola a cenizas y persiguiendo con tiro de ametralladora a las mujeres y niños que han perecido en gran número mientras huían locos de terror. Yo pregunto al mundo civilizado si puede permitir el exterminio de un pueblo que ha considerado como su más grande título de gloria la defensa de la libertad y de la santa democracia que Guernica con su árbol milenario ha simbolizado a través de los siglos".
El lehendakari llamó al mundo civilizado. Nosotros, en cuanto a difusión, no hemos pasado de Lumo.