LA publicación ayer en DEIA de un artículo del destacado miembro de la izquierda abertzale, Tasio Erkizia, reconociendo el papel "preponderante" del PNV en el proceso de pacificación y normalización de Euskadi y ofreciendo la posibilidad de diseñar y dar pasos en busca de una "estrategia vasca" frente a la de uniformización puesta en práctica por el Estado español "tanto en la CAV como en Nafarroa", permite comprobar que, siquiera en la teoría política y en la formulación pública de ésta, la izquierda aber-tzale procesa de forma más acelerada que hace unos meses la apuesta por las vías estrictamente pacíficas y democráticas y, dentro de ella, el respeto al resto de formaciones e ideologías que le fue exigido tras determinadas actuaciones en la manifestación en defensa de todos los derechos para todas las personas del pasado sábado 2 de octubre, es decir, hace tan sólo veinte días. En ese aspecto, no es precisamente nimio que Erkizia sitúe el derecho a la vida, tantas veces conculcado en Euskadi, como el primero de todos los derechos, tal y como han exigido también voces que se resisten a parangonarlo con otros que, siendo fundamentales, son subsiguientes. La izquierda abertzale, como han reconocido de modo repentino y consecutivo José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, Rodolfo Ares y Patxi López, por este orden; se mueve, pero todavía falta por conocer si las palabras de Erkizia son asumidas en su claridad por la totalidad de ese sector político y, aun siéndolo, todavía queda pendiente su traslado al agente que puede hacer descarrilar el proceso interno de la propia izquierda aber-tzale y esa "estrategia vasca" a la que se refiere Erkizia. No en vano, ETA ya ha impedido ambas cosas anteriormente. La exigencia del abandono definitivo de la violencia -o el logro del mismo- es, por tanto, el primer paso que la izquierda abertzale debe dar para pretender otra colaboración que no sea la que el PNV -como afirma en su contestación a Erkizia el miembro del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Joseba Aurrekoetxea- ya ha otorgado al dar estabilidad al Gobierno de Zapatero y, por tanto, tiempo al proceso que desarrolla pero debe completar esa misma izquierda abertzale: la de facilitarles el camino hacia la política... porque, como se ha demostrado en los últimos días, también en el camino a la política la política es el único camino. Y sólo cuando se haya recorrido éste, la "estrategia vasca", la conjunción de fuerzas, más allá de intereses electorales puntuales y lógicas diferencias ideológicas y partidistas, será además de necesaria, posible. La frase mil veces repetida que Erkizia pone en boca "de los viejos gudaris" -Lehenik aberria eta gero alderdia- es la frase que la izquierda abertzale aún tiene pendiente de trasladar a aquellos a quienes sigue denominando gudaris. Primero, la vida; primero, Euskadi; primero, la política.