Los ministros de Exteriores de Polonia, Alemania y Francia mostraron ayer su unión en el apoyo a Kiev frente a Rusia y ante las provocaciones de Moscú en el espacio aéreo de la OTAN, al tiempo que saludaron la victoria del partido gubernamental proeuropeo PAS en las elecciones de Moldavia.
El ministro de Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, actuó como anfitrión de sus homólogos francés, Jean-Noël Barrot, y alemán, Johann Wadephul, en lo que se conoce como el formato del Triángulo de Weimar, tras lo cual se les sumó su homólogo ucraniano, Andrí Sibiga. La cita, celebrada en el Palacio Belweder de la capital polaca, se produjo en un contexto marcado por las recientes incursiones de drones y cazas rusos en el espacio aéreo del flanco oriental de la OTAN y un día después de las elecciones en Moldavia.
Sikorski denunció en una rueda de prensa posterior que Rusia “busca la confrontación” y agradeció el refuerzo de la defensa aérea del flanco oriental de la OTAN con cazas franceses y alemanes.
“En los últimos días hemos vivido una nueva ola de ataques híbridos contra Estados de la OTAN. Rusia quiere poner a prueba nuestra determinación. Esto debe recibir una respuesta clara y unida”, señaló por su parte Wadephul. Ante esta amenaza, aseguró que la respuesta debe ser “unificada” y recordó que la Alianza Atlántica “protege cada centímetro de su territorio”. “Ningún Estado miembro se quedará solo”, prometió el jefe de la diplomacia alemana.
Sikorski recalcó que los tres ministros coinciden en que “la clave para limitar las acciones de Rusia es fortalecer las sanciones”. Hizo un llamamiento a cerrar “todas las lagunas legales” en el régimen de sanciones contra el Kremlin.
El ministro de Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, aseguró al respecto que la Unión Europea (UE), en coordinación con EE.UU., “va a impedir que Rusia financie su guerra”, a través del 19º paquete de sanciones que los países aún deben aprobar. El galo indicó que “todo el mundo lo sabe, todo el mundo lo ve: Rusia está sufriendo una derrota militar, política y económica”.
Barrot sostuvo que la economía rusa “se encuentra agónica, estrangulada por el esfuerzo bélico, los ataques ucranianos que han reducido la capacidad de refinado de Rusia en un 17 % y las sanciones masivas a las que Vladímir Putin sigue sometiendo a su propio pueblo”.
“Moscú provoca y espera” El ministro ucraniano de Exteriores, Andrí Sibiga, pidió cuando se sumó a la reunión la introducción de sanciones transatlánticas reforzadas contra Rusia, de modo que Moscú sienta la falta de recursos y tecnologías. “Hoy Rusia intenta iniciar una nueva fase de la guerra: una fase de escalada y de guerra híbrida abierta contra toda la comunidad transatlántica. Moscú provoca y espera, observando la reacción de los socios”, recalcó. “Tenemos todos los recursos necesarios para obligar a Rusia a detener la guerra y sus provocaciones”, señaló.
El ministro subrayó que Ucrania ya es uno de los principales contribuyentes a la seguridad del continente y está dispuesta a compartir su experiencia en resistencia y contención de los rusos. Según Sibiga, la integración del sistema ucraniano de defensa antiaérea en un sistema europeo único de defensa aérea debe convertirse en uno de los primeros y decisivos pasos para reforzar la defensa común.
En este contexto de agresiones rusas ya no sólo contra Ucrania, los tres países de la UE se mostraron satisfechos con la abrumadora victoria del partido PAS de la presidenta moldava Maia Sandu en los comicios legislativos del domingo, algo que expresaron tanto los ministros como sus respectivos líderes.
El apunte
Adhesión de Ucrania a la UE. El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, planteará a los líderes de la UE cambiar la metodología del proceso de adhesión para poder abrir negociaciones de los distintos capítulos sin esperar a contar con el apoyo unánime de los 27 -aunque sí sea necesaria para cerrarlos-, con el objetivo de agilizar la entrada de Ucrania y Moldavia que por el momento frena Hungría. La idea estará en la mesa de la cumbre informal de los 27 de mañana en Copenhague.