El portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Jonathan Fowler, reiteró ayer que sin la presencia y la actividad de esta entidad en Israel “la ayuda humanitaria en Gaza colapsaría”, después de que el Estado judío anunciase el fin de la cooperación entre ambos tras prohibirla por ley operar en su territorio. “Sean cuales sean las estadísticas utilizadas para socavar a la UNRWA, lo cierto es que, sin nosotros, la ayuda humanitaria en Gaza colapsaría”, aseguró Fowler. “Esta ley es un atropello que incumple las obligaciones de Israel en virtud de la Carta de Naciones Unidas, así como antiguas decisiones de la Asamblea General y de la Corte Internacional de Justicia”, agregó.

El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, notificó ayer a la organización la cancelación de su acuerdo de 1967 con la UNRWA, según detalló en X, después de que el Parlamento israelí prohibiera la semana pasada a esta agencia tanto operar en su territorio soberano, como mantener cualquier tipo de contacto con entidades y funcionarios israelíes, lo que impedirá a sus trabajadores conseguir visas o, incluso, acceder a Gaza o cruzar los puestos de control militares en Cisjordania ocupada.

“A pesar de las pruebas abrumadoras que presentamos a la ONU que corroboran la infiltración de Hamás en la UNRWA, la ONU no hizo nada para rectificar la situación”, justificó Danon, que señaló que Israel cooperará con otras agencias humanitarias, pero no con las que “promueven el terrorismo”.

Desde 1949, la Asamblea General de la ONU ha renovado, cada tres años, el mandato de la UNRWA bajo el que presta servicios educativos y sanitarios cruciales a refugiados palestinos que huyeron o tuvieron que abandonar sus casas durante la guerra árabe-israelí de 1948 que dio lugar a la creación de Israel.

Estos refugiados, junto a sus descendientes, suman actualmente cerca de cinco millones de personas distribuidas entre Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria.

Por su parte, el máximo responsable de la UNRWA, Philippe Lazzarini, advirtió en X de que la restricción de ayuda humanitaria israelí, junto al desmantelamiento de esta agencia, solo añadirá “otro capa de sufrimiento a un sufrimiento ya indescriptible”.

En octubre tan solo 990 camiones con ayuda entraron en la Franja de Gaza, el número más bajo en todo 2024, según datos de la ONU, lo que aumenta el riesgo de hambruna pese a la advertencia del Gobierno de EE.UU., el pasado día 13, de limitar el apoyo militar a Israel si la llegada de asistencia humanitaria no mejoraba. “Solo la voluntad política puede poner fin a una situación creada políticamente”, dijo Lazzarini, quien recordó que la cifra representa el 6% de los bienes comerciales y humanitarios que entraban en Gaza antes de la guerra.

“Catástrofe histórica”

Por su parte, las autoridades de la Franja, controladas por Hamás, señalaron ayer que la decisión de Israel de prohibir las actividades de la UNRWA supone “una catástrofe histórica” para millones de refugiados palestinos y “un flagrante desafío” a Naciones Unidas y el Derecho Internacional. “Reclamamos la expulsión de la ocupación israelí de las instituciones internacionales y de la ONU”, manifestó la oficina de prensa gazatí.

Así, apuntó que la “peligrosa” decisión tiene como objetivo los servicios que facilita la UNRWA a los refugiados palestinos, incluida la educación, ya que “cientos de miles de estudiantes palestinos reciben educación gratuita” en sus centros, considerados “uno de los recursos educativos más importantes”. “Además, tiene como objetivo los servicios sanitarios, ya que la UNRWA gestiona centros de salud que dan atención primaria y servicios preventivos y curativos a millones de refugiados palestinos”, explicó.