Cualquier acuerdo de alto el fuego con el partido-milicia chií Hizbulá debe garantizar que no hay “amenazas a la seguridad” para el país desde Líbano. Así se lo trasladó ayer el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, a Estados Unidos.

“La cuestión principal no es el papeleo en torno a uno u otro acuerdo, sino la capacidad y determinación de Israel para hacer que se cumpla y frustrar cualquier amenaza a su seguridad desde Líbano, de forma que se permita la vuelta de los residentes a sus hogares”, dijo Netanyahu.

El mandatario hebreo trasladó este mensaje durante un encuentro en Jerusalén con Amos Hochstein, uno de los principales enviados de la Casa Blanca para Oriente Próximo, y el coordinador del Consejo Nacional de Estados Unidos para Oriente Próximo, Brett McGurk.

Las posibilidades de un alto el fuego, sin embargo, se alejan en vista de que Hizbulá no cesa sus ataques en respuesta a las acometidas del Ejército hebreo.

Ayer, siete personas murieron y una más se encuentra en estado grave tras el impacto de varios cohetes en Metula y en Kiryat Ata (cerca de Haifa), en el norte de Israel, según informó el servicio de emergencia israelí Magen David Adom (MDA).

En Metula, la localidad más al norte de Israel, los fallecidos son cuatro trabajadores tailandeses y uno israelí, que trabajaban en el campo.

Según el diario israelí Haaretz, las fuerzas armadas les habían permitido entrar en el área a pesar de tratarse de una zona militar cerrada, dado no solo el constante intercambio de fuego con Hizbulá en la frontera, sino también las incursiones terrestres del Ejército israelí en el sur de Líbano. En total, dos proyectiles impactaron en el lugar donde se encontraban los trabajadores, informó el periódico Yediot Ahronot.

Metula es la localidad más al norte de Israel y se encuentra a apenas 150 metros de la frontera con Líbano, lo que ha hecho de ella objetivo habitual de los cohetes de Hizbulá, si bien el pueblo lleva más de un año completamente evacuado. En Kirya Ata, una mujer de 60 años y un hombre de 30 perdieron la vida en un olivar cerca del cruce de Gilam, donde impactaron los cohetes.

Ataque a un hospital en gaza

Mientras tanto, en Gaza, las fuerzas israelíes ejecutaron un nuevo ataque contra el Hospital Kamal Aduan, situado en el norte de la Franja, lo que provocó la muerte de dos niños y dos adultos, y un número indeterminado de heridos, así como un incendio en el almacén con los medicamentos que quedan disponibles en el centro, objetivo la semana pasada de un asalto por parte de las tropas israelíes, informó el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.

La situación en el citado hospital es crítica ante “el arresto y deportación” de la práctica totalidad del personal médico, denunció Hamás. Por ello, ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que envíe cirujanos al enclave.

En este contexto, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que Mohamed Obeid, un cirujano ortopédico de la ONG, figura entre los detenidos durante la operación militar del 26 de octubre en las instalaciones, motivo por el que ha mostrado su “extrema alarma”.

MSF destacó a través de un comunicado que Obeid, con el que tuvo contacto por última vez el pasado 25 de octubre, “ha trabajado incansablemente desde el comienzo de la guerra, brindando su apoyo como médico en múltiples hospitales de la Franja de Gaza” y ensalzó que “su labor ha salvado innumerables vidas”.

En este sentido, detalló que el cirujano “estaba refugiado y ofreciendo su apoyo como cirujano en el hospital cuando éste fue asediado por las fuerzas israelíes”.