Kiev aseguró ayer que Rusia ha perdido 7.000 hombres en la batalla por la toma de Lisichansk, en la región oriental de Lugansk. Según “cálculos modestos” del asesor del presidente de Ucrania, Oleksiy Arestovych, las pérdidas rusas en Lisichansk ascenderían a tres brigadas de militares rusos y varios batallones de tanques. “Es decir, alrededor de 7.000 invasores al menos, tal vez más”, indicó, al calificar la defensa de Severodonetsk y Lisichansk como “una operación militar exitosa” pese a que las tropas ucranianas tuvieron que abandonarlas.

Porque la principal misión del Ejército ucraniano era la de retener a las fuerzas rusas, causarle bajas, ganar tiempo para la llegada de las armas de Occidente y crear las condiciones para iniciar contraofensivas en otras zonas del frente, explicó en un vídeo publicado en su canal de Telegram.

Mientras, el mando militar ucraniano constató en su parte de guerra que pese a la presunta pausa anunciada por Putin, las tropas rusas castigaron con fuego de artillería varias localidades ubicadas al norte y oeste de Sloviansk. “Los soldados ucranianos rechazaron con éxito el ataque del enemigo en dirección a la localidad de Dolina”, al norte de Sloviansk. “Los ocupantes fueron repelidos”, añadió el Ejército ucraniano, reconociendo así que el pulso con las fuerzas rusas se mantiene.

Una situación que se repite en prácticamente todos los sectores del frente, en los que el mando ucraniano constata permanentes duelos de artillería.

Otros frentes

Mientras, Rusia celebró sin grandes pompas haber tomado el control de Lugansk. El ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, sostuvo una reunión telemática con la plana mayor del Ejército en la que dio por “totalmente liberada” la región.

El líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), Denís Pushilin, declaró ayer a la agencia rusa TASS que las tropas que combatieron en Lugansk ya se están desplazando, junto a las milicias prorrusas de la vecina República Popular de Lugansk (RPL), a la región de Donetsk. “Surgimos (como república) junto a Lugansk, así que también liberamos los territorios juntos, claro está, con apoyo de Rusia, sin la cual esto sería imposible”, afirmó. Sin embargo, Rusia todavía no ha comenzado la ofensiva masiva contra Sloviansk y Kramatorsk, quizás las más fortificadas de Donetsk.

Según el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), el presidente ruso, Vladímir Putin, podría haber ordenado a sus tropas en Ucrania que realizaran “una pausa” tras tomar Lisichansk y lograr el control de la estratégica región de Lugansk para reorganizarse. Los expertos estadounidenses consideran que “es muy probable que las tropas rusas que lucharon en Severodonetsk y Lisichansk necesiten un período significativo para descansar y reacondicionarse antes de reanudar las operaciones ofensivas a gran escala”.

Sin embargo, no queda claro si el Ejército ruso aceptará los riesgos de una pausa operativa lo suficientemente larga para permitir que estas fuerzas, probablemente exhaustas, recuperen su fuerza.