La cualidad que distingue a los automóviles híbridos, tanto los HEV (Hybrid Electric Vehicle) que se recargan sobre la marcha como los electrificados a 48 voltios (Mild Hybrid Electric Vehicle), es que se conducen exactamente igual que los de siempre. Su motor principal, habitualmente a gasolina aunque también los hay diésel, recibe el soporte de un bloque eléctrico y una batería. Estos dos últimos componentes cobran mayor protagonismo en un híbrido clásico – los HEV tienen mayor potencia y capacidad- que en uno suave. Pueden, por tanto, servir de apoyo e incluso suplir al motor de combustión en determinadas circunstancias. En cambio, en un microhíbrido moderno, esa función queda limitada a situaciones muy concretas, como maniobras y avance a mínima velocidad o con pendiente favorable.
Estos sistemas de impulsión mixta no requieren intervención activa por parte de quien conduce. Su cometido es el mismo que el desempeñado a los mandos de un coche con motorización tradicional. El propio sistema se encarga de gestionar la entrada en acción de la asistencia eléctrica al propulsor de combustión, algo que normalmente no es advertido a bordo. En algunos HEV, los pasajeros y más aún el conductor, sí pueden llegar a percibir cambios sonoros o leves tirones debidos a la alternancia de los dos métodos de impulsión.
Es algo que no sucede en los mild hybrid. El único vestigio de su naturaleza parcialmente electrificada es una sensible disminución en las visitas a la gasolinera; la reducción de las emisiones que ello comporta es real pero imperceptible. Eso sí, en ninguno de ambos casos los registros alcanzan los niveles de eficiencia de un híbrido convencional.
No es extraño, por tanto, que a la hora de comprar coche una parte creciente de la clientela se decante por estas soluciones menos costosas y complejas. Su demanda aumenta un 35% en lo que va de año. Un reciente estudio de mercado, realizado por el Observatorio Cetelem entre personas que han adquirido un nuevo vehículo durante el ultimo año o piensan hacerlo en los próximos tres, revela que el público pone ya el foco de atención sobre los híbridos. Son una opción que gana peso de año en año. Suscita el mayor grado de intención de compra -la muestra el 48% de los encuestados-, por delante de los modelos de gasolina (22%), los diésel (15%) y los 100% eléctricos (13%).