Buena cara y mejor precio. Con estos contundentes argumentos aterriza en el mercado la nueva generación del Tívoli de SsangYong. La firma surcoreana aspira a consolidar este ejercicio la recuperación emprendida el pasado, y eleva a la condición de productos estrella al SUV compacto y a su declinación estirada. La nueva remesa reconsidera el diseño de envoltorio y cabina, mostrando una imagen más joven y conmovedora; de paso, afina mecánicas y esmera la seguridad. El Tívoli da a elegir variantes del motor gasolina 1.5 GDI con 135 y 163 CV. SsangYong lo pertrecha con cierta generosidad y pide por él un mínimo de 17.900 euros, desembolso reducido a 14.600 si la compra se financia con la entidad concertada.
El constructor asiático ha demorado nueve años el salto generacional de este producto, que aguantaba en activo con un único restyling a mitad de camino. Ahora, la renovación aporta buenas dosis de capacidad de seducción y poder de convicción. El Tívoli de 2024 es considerablemente más sugerente que su antepasado, por diseño y por colorido (brinda opciones de personalización y propone combinaciones bitono). También es bastante más vendible, dado el incremento en las dotaciones; las de seguridad, por ejemplo, son más abundantes que las de sus competidores directos. Además, la filial hispana de la firma aprovecha esos progresos para depurar la tarifa, que lejos de subir por el aumento de contenidos, tiende a la contención.
El Tívoli, que incorpora una versión de acceso barata inexistente hasta ahora, rebaja 2.600 euros el precio de la intermedia respecto a 2023. Se explica, en parte, por las menores emisiones de CO2 del motor de 135 CV, que comportan una reducción de tramo del Impuesto de Matriculación (4,75% en vez de 9,75%). La política comercial algo más agresiva pretende replicar la estrategia de marcas con aureola low cost, como la rumana Dacia y la china MG, que acaparan el segmento bajo del mercado con productos peor dotados.
Si la armonía entre calidad, equipamiento y precio es una de las razones de peso para decantarse por este modelo, otra puede ser la estética. El Tívoli 2024 readapta el estilo conocido, pero cambiando significativamente el aspecto de algo tan determinante como la fachada. Da la cara renunciando a la típica parrilla, mostrando una amplia toma de aire frontal y nuevos grupos ópticos.
La inspiración del equipo de diseño remite a medida que la línea del coche discurre hacia popa. En este punto, la versión Grand Tívoli marca diferencias cediendo vistosidad por practicidad. Prolonga la zaga 255 milímetros –mide en total 4,48 m, frente a los 4,255 de la carrocería convencional–, incrementando así su capacidad de carga. De este modo, los 427 litros del portaequipaje normal aumentan a 720 en el Grand. La habitabilidad es idéntica a la del envase corto –ambas tienen 2,6 m de batalla–; la ventaja radica en que sus ocupantes (cuatro siempre mejor que cinco) pueden viajar con maletas más voluminosas.
SsangYong pone al servicio del modelo dos variantes del motor gasolina 1.5 GDI turboalimentado, una con 135 CV y otra con 163. El formato normal permite elegir entre ambas; la más modesta vinculada siempre a caja manual de seis marchas y la superior disponible también con caja automática de seis relaciones. Por su parte, el Tívoli Grand monta exclusivamente el propulsor más solvente, y lo asocia a las dos modalidades de transmisión.
Adaptable a GLP
El constructor coreano ofrece la opción de adquirir el Tívoli ya transformado para alternar gasolina y Gas Licuado del Petróleo (GLP). La conversión, auspiciada por los propios concesionarios, tiene un coste de 2.750 euros y no interfiere en la garantía oficial; eso sí, requiere que el propio comprador pase la Inspección Técnica del Vehículo antes de estrenarlo. Las ventajas de este kit son económicas –el GLP tiene un coste inferior al de la gasolina–, funcionales -aumenta la autonomía hasta los 1.200 km sin alterar las prestaciones- y funcionales -otorga etiqueta medioambiental Eco.