A BMW se le dan bien las creaciones cupé. Tanto que hace unos años decidió extender esta especialidad a casi toda su gama de turismos, adjudicándole denominación propia. Así fue como el Serie 3 Coupé mutó a Serie 4 (el Serie 6 y el Serie 8 mantienen parecido vínculo con las berlinas 5 y 7). La nueva generación del modelo acaba de reestrenar la tercera conjugación formal, la Gran Coupé; es casi tan vistosa como la normal (Coupé a secas) y la convertible, pero considerablemente más versátil. Por eso atrae más clientes que las otras juntas. BMW la vende con motores diésel (190 CV) y gasolina (184, 258 y 374 CV), desde 50.550 a 75.900 euros.

El Serie 4 Gran Coupé es uno de esos coches con trampa, que no son (solamente) lo que parecen. A primera vista cualquiera lo tomará por un deportivo temperamental. Y no se equivocará. Pero es bastante más que eso, como se comprueba nada más subir a bordo. Lo que desde el puesto de mandos se reconoce inequívocamente como un refinado purasangre se transforma, visto desde el asiento trasero, en un elegante y bastante práctico sucedáneo de berlina.

La evolución de la silueta del Coupé deriva en este Gran Coupé, denominación que no alude a un mayor tamaño sino a una superior versatilidad. La eslora (4,78 metros) y la batalla (2,86 metros) son idénticas en ambos envases. Lo que confiere al segundo el plus de practicidad, y la consiguiente coartada familiar, es la carrocería de cuatro puertas, que ofrece un mayor maletero (470 en vez de 440 litros) además de un asiento posterior con tres plazas. Otra cosa es que el declive del techo comprometa algo la habitabilidad trasera, pero ese es un tributo que algunos estetas están dispuestos a pagar con gusto.

Como es lógico, esta declinación ligeramente más capaz del Serie 4 hace suyas la concepción interior y la puesta en escena de sus hermanos. Hereda, asimismo, todos los progresos tecnológicos en materia de seguridad, conectividad y asistencia a la conducción, que no son pocos. BMW fragua así una completa propuesta que, en buena medida, hace justicia al considerable desembolso que reclama.

La tarifa del Gran Coupé se modula también en función de la motorización elegida. Por ahora, el plantel contiene cuatro propulsores conocidos, uno a gasóleo y el resto a gasolina, que dan origen a otras tantas versiones; todas van provistas de transmisión automática deportiva Steptronic de ocho relaciones. Abre el catálogo la 420d, animada por un corazón diésel de dos litros y 190 CV, disponible a cambio de 50.550 euros. En un nivel económico semejante (51.600 euros) se sitúa la alternativa gasolina 420i, cuyo motor 2.0 entrega 184 CV. Por un poco más de dinero (55.750 euros) se accede al 430i, impulsado por la derivada del mismo bloque dos litros que procura 258 CV. Supera holgadamente a estas versiones la estelar M440i xDrive, que reparte 374 caballos entre las cuatro ruedas; su precio asciende paralelo a sus prestaciones (75.900 euros).

Esta interpretación tope de gama se hará esperar hasta el verano de 2022. Para esa época estará disponible también la segunda variante diésel del Serie 4 Gran Coupé, la 430d xDrive, cuyo importe se desconoce por ahora. Ambas motorizaciones, así como la gasóleo más sosegada y asequible, van provistas de hibridación ligera a 48 voltios. Este sistema mild hybrid acopla un bloque eléctrico adicional de 11 CV, que actúa como motor de arranque, recuperador de energía y apoyo puntual al propulsor térmico. Se consigue así reducir el consumo y atenuar las emisiones de dióxido de carbono.