Marc Márquez ha revivido su peor etapa en el motociclismo. El campeón mundial de MotoGP ha protagonizado un documental producido por DAZN y titulado Marc, más que un regreso en el que repasa la época posterior a su caída en Jerez en 2020, cuando sufrió una fractura de su húmero derecho. Sus prisas por volver a competir hicieron que regresara a los circuitos antes de tiempo, cuando la operación quirúrgica estaba demasiado fresca. Una nueva caída provocó que el piloto de Cervera tuviera que volver a ser intervenido del brazo, lo que ocurrió hasta en dos ocasiones más. Con cuatro operaciones a cuestas, las dudas acecharon al ahora nueve veces campeón, siete de la categoría reina. Se debatió con la retirada.
“Hubo momentos muy claros y muy reales de terminar con todo”, confirma en el vídeo su asistente, José Luis Martínez. Pero Marc no se rindió, pese a que su difunto abuelo, entre otros, aconsejaron al piloto abandonar la práctica, colgar el mono y disfrutar de los éxitos cosechados. Para Marc, renunciar a un regreso era algo que jamás se perdonaría. Se dio una última oportunidad, como prometió a su abuelo. Así, hoy puede celebrar sus nueve títulos con orgullo, sintiendo que ese nueve, como señaló el día de la celebración, “es más que un número”.
“Marc tiene una tolerancia al dolor increíble”, explica su fisioterapeuta, Carlos García, parte fundamental como otras tantas del proceso de recuperación, ya que además de tratar el cuerpo del piloto ejerció de apoyo moral.
El espíritu indomable de Marc hizo que tomara la decisión de cambiar de aires, de abandonar Honda, donde había logrado todas sus conquistas en MotoGP, para dar el salto a Ducati, concretamente al equipo satélite Gresini. Ahí cimentó su retorno a los éxitos que ha encontrado su cúspide en 2025, a lomos de la máquina oficial de la fábrica italiana.
“Cortarte un hueso para que te lo vuelvan a colocar, solo para seguir compitiendo, lo hice por amor propio y por amor a este deporte”, confiesa Marc, que tras la consecución del noveno título aseguró que habría afrontado el mayor desafío de su carrera deportiva. Estar arriba, caer y volver a ascender hasta la cima del motociclismo ha sido un reto mayúsculo, el más grande que ha encarado. “Este campeonato es como un sueño. Muy especial y merecido por todo lo que he pasado”, valora el catalán.
La sonrisa, el mejor regalo para quienes le quieren
El testimonio de su madre, Roser Alentá, es la confirmación del sufrimiento que ha vivido la familia Márquez durante todos estos últimos años. “Cuando se quitó el casco y sonrió, fue el mejor regalo para todos los que le queremos”, subraya. Porque esta coronación es más que un regreso, es la pasión por el motociclismo, es la ambición por ser el mejor, es el trabajo en la sombra y la desesperación, es la resiliencia por no aceptar una derrota que jamás se hubiera perdonado. Ahora, como destacó tras alzarse campeón, vive en paz consigo mismo. Ha sido capaz de confirmarse a sí mismo que era capaz de volver a ser aquel campeón que se convirtió en principal rival de toda la parrilla de MotoGP.
Coincide que ahora Marc atraviesa una nueva lesión, una fractura en su hombro derecho producida por una caída en el gran premio posterior a la coronación. Esta vez ha evitado el quirófano, pero permanecerá dos carreras de baja. En Ducati invocan a la calma para evitar un regreso prematuro.