Eufórico, detuvo su Ducati, la moto que la ha devuelto la felicidad, frente a la grada de sus fanáticos, una oleada de banderas rojas con el dorsal 93. Se subió a una scooter para dirigirse por el vial frente a sus seguidores. Al llegar, se arrodilló y ofreció gratitud eterna a los suyos. Seguido, con la música a tope de volumen, se puso a bailar como un poseso, colmado de alegría. Marc Márquez había regresado por sus fueros. Volvía a ganar dos años y once meses después de su última conquista, en Emilia Romagna en 2021. El piloto de Cervera volvía a subir a lo más alto del podio 1.043 días después. Jornadas plagadas de sufrimiento, de exigencia, de superación en las que nunca se escapó la fe, en las que jamás perdió la sonrisa que ilumina su rostro pese a las cuatro intervenciones en su húmero derecho, el lesionado en aquella fatídica caída del Gran Premio de España de Jerez de 2020, la que le condujo a los infiernos lastrado además por la indomable Honda. Trabajó y volvió a trabajar hasta que encontró la recompensa. “Hay que renovar la Wikipedia”, le jaleaban sus compañeros del equipo Gresini, donde ha recuperado la competitividad. “Se lo ha estado currando mucho tiempo”, expresó Roser Alentà, la madre que parió al campeón, con lágrimas brotando.
“Ha sido increíble, increíble ganar delante de esta afición”, comentó Márquez, intratable en el Gran Premio de Aragón, disputado a apenas 200 kilómetros de su hogar. “Era difícil gestionar la distancia, mantener el foco”, repasó el catalán, que admitió que “tenía guardado un extra más en el bolsillo” mientras conducía hacia su victoria número 60 en la categoría reina.
Nadie hizo sombra a Marc en MotorLand, donde cobró una ventaja de hasta 5 segundos para mantener a raya a un Jorge Martín que fue otro gran vencedor del día, dado que con su segundo puesto se afianzó en el liderato del Mundial, donde figura a 23 puntos de Francesco Bagnaia, el gran derrotado tras sufrir una violenta caída, y a 70 de Márquez. “Ha sido muy difícil, el segundo era lo máximo hoy. Estoy contento por Marc y por mi podio”, lanzó Martín, que vio en Márquez a un rival inabordable, tal y como ya había advertido el propio Bagnaia al ver cómo se embolsaba el triunfo en la carrera al esprint: “Puede inclinarse cuatro o cinco grados más que el resto; si le copiaba, me caía”.
Tanto Márquez como Martín rodaron con un ritmo superior al resto y desde bien temprano marcaron diferencias insalvables para un grupo en el que rodaron Pedro Acosta, Álex Márquez, Franco Morbidelli, Bagnaia y Brad Binder. La mala salida de Bagnaia ahondó las penurias de un fin de semana para el olvido. El italiano, que acudía al circuito de Alcañiz como líder, descendió hasta el séptimo lugar, desde donde inició una remontada que le aupó hasta el tercer lugar. Justo en ese preciso instante, cuando asomaba en posición de podio, Bagnaia colisionó con Álex Márquez y ambos se fueron al suelo con una peligrosa caída en la vuelta 18 de las 23 pactadas.
Márquez, mientras, rodaba holgado, inmerso en su mejor versión, como la que en 2019 le permitió coronarse por última vez con un total de doce triunfos. 53 grandes premios más tarde, reapareció ese piloto que dominó con mano de hierro la competición. “La venía persiguiendo, persiguiendo la victoria, pero sin obsesionarme en ningún momento. Teníamos la confianza de que este año iba a llegar”, confesó el octocampeón de Cervera, que se atrevió a afirmar: “Esto acaba de empezar”.
Aunque de inmediato rebajó la euforia: “Eso no quiere decir que ahora vaya a ganar todas las carreras, no quiere decir que vaya a arrasar todo el fin de semana, pero sí que esto te da mucha confianza y el objetivo es intentar acumular podios. Soy ambicioso, ¿por qué no alguna otra victoria antes del final de año? Y preparar el próximo año”. La ilusión de Márquez por montar en la Ducati oficial está muy latente.
El percance entre Bagnaia y Álex Márquez dejó a Acosta en situación de retornar al podio nueve carreras después. “Es el mejor podio de la temporada”, manifestó pese a toparse con un resultado insospechado. “Necesitábamos recuperar estas sensaciones, volver a sentirnos competitivos. Estamos recuperando el ritmo”, comentó al de Mazarrón, autor de su tercer podio tras doce carreras en MotoGP.