CON independencia de quién se corone como campeón del mundo de MotoGP este fin de semana, en el postrero Gran Premio de la Comunitat Valenciana, este campeonato habrá deparado una igualdad insospechada hace no tanto, lo que siempre redunda en beneficio del espectáculo. Allá por septiembre, cuando al superar el Gran Premio de Catalunya se habían agotado once de las veinte carreras del calendario de 2023, Francesco Bagnaia parecía montado sobre raíles hacia el título. Nada hacía intuir que alguien podría hacerle descarrilar. El piloto de Turín, entonces con una ventaja máxima de 66 puntos, rodaba disparado hacia su segundo cetro de la categoría reina. Consolidado, pétreo en el liderato, nada hacía sospechar que algún contendiente sería capaz de postergar la consecución del título hasta el final. Cualquier pulso se intuía como desequilibrado. Sin embargo, la última carrera de la temporada decidirá al campeón gracias a una remontada de Jorge Martín que estaba fuera de los pronósticos.

Ambos han brindado una bonita lucha a lomos de una Ducati dominadora que ha sellado 15 victorias de las 18 posibles en las citas al esprint y 16 triunfos en las 19 carreras dominicales, y que ocupa las tres primeras posiciones en el Mundial de Pilotos, con Bagnaia, Martín y Marco Bezzecchi.

Cierto es que el piloto de San Sebastián de los Reyes acude a la cita definitiva con escasas opciones, alejado a 21 puntos del italiano y con 37 en juego. De hecho, Pecco Bagnaia tendrá su primera oportunidad de proclamarse campeón el sábado, con la carrera al esprint, el formato introducido esta campaña que ha dado alas a Martinator, mostrándose como el piloto más rápido de la parrilla con ocho victorias por las cuatro que ha protagonizado Bagnaia.

La única ocasión en la que Martín lideró el campeonato fue precisamente tras la prueba al esprint de Indonesia, decimoquinta estación del calendario. Un liderato efímero, puesto que al día siguiente se cayó y Bagnaia recuperó la cabeza del Mundial. Aquel hecho fue un punto fatídico para Martín, que se fue al suelo cuando rodaba en solitario en la primera posición. Tras remontar 66 puntos con episodios que recordaron a los vividos en 2022 cuando Bagnaia recortó 91 puntos a Fabio Quartararo para ser campeón, Martín cometía un grave error que detuvo su progresión, perdió confianza y a la par devolvió la moral a un decaído Bagnaia, que desde entonces ha defendido su condición de líder.

Bagnaia, de 26 años, ha sostenido el pulso siendo el piloto con más triunfos dominicales, un total de seis, mientras que Martín, de 25 años, ha logrado cuatro. El turinés ha cimentado su ventaja en las carreras largas, en las que la gestión de los neumáticos resulta crucial, y el madrileño ha alimentado sus esperanzas en las cortas, cuando no hay economía de consumos y se trata básicamente de imprimir velocidad. Bagnaia ha sumado 302 puntos los domingos y Martín, 260. Mientras que los sábados el madrileño ha firmado 156 puntos y el italiano, 135. De ahí la holgada diferencia de 21 puntos.

Esta ventaja favorable a Bagnaia creció gracias a que Martín protagonizó en la penúltima cita del año su peor resultado de la temporada sin tener en cuenta los abandonos, que en total han sido tres para él y cuatro para el turinés. Falló en el momento crucial. El madrileño fue décimo en Catar, mientras que Bagnaia terminó en segunda posición. En el análisis posterior, Martín despertó las teorías de la conspiración al afirmar que “no siento que me hayan ganado en la pista, sino fuera. Es vergonzoso. No puede ser que se decida el Mundial de MotoGP por una goma que no funciona y qué casualidad que solo le ha tocado a uno de los contendientes al título”. Hizo referencia a un neumático trasero defectuoso que minó sus opciones de coronarse.

Con una diferencia de puntos tan amplia, Bagnaia cuenta con múltiples opciones para ser campeón, pero hay principalmente dos bastante asequibles: será campeón el sábado si logra cuatro puntos más que Martín en la prueba al esprint; será campeón si a lo largo del fin de semana, con independencia de los resultados de Martín, suma 16 puntos. Es decir, le valdría con no puntuar el sábado y ser tercero el domingo. “Si soy campeón el sábado, no voy a correr el domingo”, bromeó Bagnaia tras la prueba de Catar, sonriente por verse tan próximo a la reedición del título.

En cualquier caso, el Mundial se decidirá inesperadamente en Cheste. Desde que la era MotoGP nació en 2002, solo seis de los veintidós campeonatos han alcanzado la última carrera sin resolución. Sucedió en 2006, cuando se impuso Nicky Hayden; en 2013, con Marc Márquez firmando su primer título de MotoGP; en 2015, con Jorge Lorenzo como triunfador; en 2017, de nuevo con Marc Márquez campeón; en 2022, con el primer título de la categoría reina para Pecco Bagnaia, y ocurre en 2023.

Esta temporada también ha abierto una posibilidad que parecía impensable: se puede ser campeón con una moto satélite, lo que nunca ha sucedido desde que comenzara la época de MotoGP. Así lo ha demostrado Martín pase lo que pase en Cheste. “Obviamente, voy a creer hasta el final. Quizá tenemos que usar alguna estrategia para parar el grupo, meter gente en medio, pero lo voy a intentar hasta que no tenga opciones matemáticas”, prometió Martín tras el desastre de Catar. Ha sido protagonista de un espectáculo mayor de lo que cabía esperar hace no tanto, cuando parecía que Bagnaia pilotaba encauzado y aparentemente libre de competencia hacia su segundo título de MotoGP.