No será una escena desconocida para quienes convivan con perros, y menos aún para los que compartan lecho con ellos. El perro, durante el sueño , mueve las patas o las orejas, o suspira, o llega a gruñir relajado. Son signos normales que muestran que en ese momento está soñando. Vamos, que les pasa lo mismo que a los humanos.

Como en el caso de los humanos, a veces, entre esos sueños aparecen también pesadillas , malas experiencias que el cerebro está procesando. En este caso la angustia es más acentuada y puede llegar a ladrar o gañir con angustia. cuando se trata de pesadillas, suelen ladrar e incluso llorar. Nuestra reacción suele ser la misma que con niños o personas muy angustiadas, despertarlo para tranquilizarlo. Lo que no está muy claro es que esto funciona con los perros.

El sueño de calidad es muy importante en los perros, por lo que hay que facilitarles un sitio cómo y tranquilo. Freepik

Al igual que nosotros, su sueño pasa por fases, y dos son las principales: la fase ligera , en al que duerme pero ante el menor estímulo reacciona y abre los ojos, y la fase profunda , la conocida como REM, que es cuando descansa y permanece relajado, es cuando sueña y cuando, en ocasiones, tiene las pesadillas.

Sus sueños tienen el mismo cometido que para nosotros: fijan las experiencias y los aprendizajes que el perro sufrió durante el día. probablemente sueñen con los paseos, con ciertos lugares, con juegos, con otro perro que han conocido ese día, con algún suceso especial. Si la experiencia no ha sido placentera o ha sido algo traumático puede convertirse en una pesadilla.

Como en el caso de las personas, tener una pesadilla de manera ocasional es normal y no hay que preocuparse. Pero si empieza a tenerlas con cierta frecuencia puede ser síntoma de algo más serio, de algún tipo de problema y hay que prestar atención a su día a día.

De donde pueden venir esos malos sueños

En lo primero que hay que fijarse es en dónde y cómo duerme. Su descanso es imprescindible y sino lo hace como debe ser, si sufre de falta de sueño, le pasará factura a lo largo del día con malestar y nerviosismo. A veces con la seguridad de que el sueño sea realmente reparador, basta.

Más allá, la razón de las pesadillas puede partir de una simple experiencia mala para él, desde un encontronazo con otro can, un estrés por maltrato pasando por un susto o un dolor físico. Esto es lo que hay que tratar de averiguar para saber si es ocasional o algo más profundo.

A veces son los perros los que eligen dónde descansar y no suele ser el que elegimos nosotros para ellos. Freepik

No suele ser extraño, que los perros adoptados tengan pesadillas debido a malas experiencias en su vida anterior. Maltrato, abandonos y falta de estabilidad pueden marcar su pasado y condicionar su adaptación al nuevo hogar. Hay que darle y tiempo para que se adapte creando unas rutinas que le den seguridad. Si se muestra miedoso, asustado o inseguro al interactuar con otros perros y con personas, habrá que recurrir a un educador o un etólogo canino para verificar las causas y marcar unas pautas específicas para ayudar a recuperar su confianza. Esto hará que desaparezcan las pesadillas.

¿Lo despierto?

En principio no hay que despertarlo , hay que dejar que el sueño siga su curso, deben despertar y terminar con la pesadilla por sí mismos en un ejercicio natural del control propio del cuerpo para sobrepasar norse. A los humanos nos pasa lo mismo. Lo mejor es esperar a que se despierte solo y después reconfortarlo con unas caricias y hablándole con suavidad.

Pero si te decides a hacerlo, a despertarlo , jamas hacerlo de forma brusca. El sobresalto puede ser peor y su reacción impredecible. Puedes acabar con un mordisco y él con más estrés. Para despertarlo sin que se asuste hay que empezar por hablarle de forma tranquila y relajada, sin tocarlo. A veces se tranquiliza y no llega a despertarse, por lo que no hace falta mas. Si se despierta, unas caricias tranquilas y que se vuelva a dormir.