¿En qué momento exacto empiezan a contar los años de vida en un grupo de música? ¿En su primera encarnación? ¿Con la grabación de las primeras canciones? ¿O cuando la formación ya se asienta con un número fijo de miembros y un estilo propio? En apenas cuatro años, la banda de Gernika Mikosis ha pasado por todas estas etapas. Cuando aún eran menores de edad, se juntaban simplemente para pasar el rato. Luego llegó la revolución estética y musical de su actual proyecto con aires post-punk: Mikosis. Tras un primer EP de cinco canciones publicado el año pasado, Kontrolik barik, Maite, su cantante principal, tuvo que abandonar la formación. El grupo se ha consolidado definitivamente como un trío formado por Carla Raepiercei (bajo y voz), Ane Mei Aspiazu (guitarra) y Garazi Arriaga (batería). Desde entonces, han publicado dos singles, Isiltasunaren lakua y Ez sentitzeko -y viene otro tema nuevo a la vuelta de verano-, en los que las piezas encajan y adquieren sentido. Musicalmente, han ganado en personalidad y matices sonoros. Sus temas recientes tienen calidad y una mayor profundidad en la línea, por ejemplo, de los primeros Belako. En el escenario, asegura en esta entrevista Ane Mei Aspiazu, estudiante de Derecho de 20 años, se sienten cómodas y destilan confianza. Mikosis se ha convertido en una de las pocas bandas formadas completamente por mujeres dentro de la emergente escena de música de guitarras de Euskal Herria, dominada por hombres. El trío actúa con regularidad en gaztetxes, salas y fiestas locales: el próximo jueves 21 tocan en la txosna Euskalgunea y el sábado 23 en la taberna Ambigú, en el marco de la Aste Nagusia de Bilbao, y el 28 en Mendillorri. 

Cuentan que las madrileñas Aiko el grupo surgieron en una noche de inspiración y alcohol. ¿Cómo se formó Mikosis? 

-En 2021 empezamos con un grupo en el que hacíamos versiones acústicas con un rollo más Berri Txarrak, como más o menos empieza todo el mundo. Éramos varias amigas del instituto con intereses en común. Después vimos que nos lo queríamos tomar más en serio y decidimos buscar una bajista. Surgieron cosas y desde septiembre somos un power trío. 

¿Qué cosas pasaron? 

-Maite, nuestra cantante, se fue de erasmus. Acabábamos de sacar nuestro primer trabajo y queríamos tocar en directo, así que no lo veíamos muy compatible con que ella estuviera fuera un año entero. Era un poco movida seguir con el grupo de esta manera porque Maite era la voz principal. En las últimas dos canciones que hemos publicado como banda la que canta es Carla.  

La micosis es una infección por hongos. El nombre de la banda suena muy punk, como en su día Eskorbuto, Parálisis Permanente, la alemanas Malaria!... 

-Sí, es verdad. Lo que teníamos claro era que queríamos cambiar de nombre, de estética y de estilo; nos apetecía darle otro rumbo a nuestra carrera, pero no teníamos ni idea de por dónde tirar. Con el nombre lo que hicimos fue recopilar una lista de palabras que nos gustasen. Nos quedamos con Mikosis. Nos salió sin más, no había nada superpensado entre nosotras. 

"Mola mucho la escena musical que hay en Bilbao y alrededores”

¿La escena musical en Bizkaia ha dado un vuelco en estos años?  

-Al principio, éramos adolescentes -ahora también lo somos un poco- y no éramos conscientes de lo que se movía alrededor. No sabíamos lo que estaba pasando hasta que nos apuntamos en un concurso de bandas en Bilbo y vimos que había mogollón de grupos que compartían nuestro rollo. Mola mucho el ambiente que hay. Entre todos nosotros nos vamos cruzando continuamente en conciertos y en otros sitios y se va creando una red muy bonita.

¿Lo peor de toda esta nueva corriente de bandas independientes es que no reciben la atención mediática que merecen? 

-Ya. Puede ser. Nosotras no nos fijamos mucho en esas cosas y hoy por hoy no es que tampoco busquemos destacar o aparecer en los medios. Estamos bastante a gusto por los lugares en los que nos movemos, en esa especie de escena alternativa, y sin el foco mediático puesto en nosotras. Hay otros grupos que nos gustan mucho como Ezezez, Belako, Tatxers o Lukiek que reciben una mayor atención. 

En la cuenta de Instagram de la banda recomiendan, entre otros, al grupo Amor Líquido. ¿Comparten con esta formación espíritu y afinidad musical por el punk y el rock alternativo? 

-En realidad, es un grupo que me gusta a mí y que las demás no controlan tanto. Soy yo la que los está poniendo todo el rato. Me fijo mucho en sus vídeos. Es verdad que igual sí que tenemos algunas cosas en común, aunque a la hora de cantar y musicalmente Amor Líquido son más crudas que nosotras.

Cambios y nuevos singles

¿Isiltasunaren lakua marca un antes y un después en Mikosis?  

-Totalmente, al 100%. No es plan de hacer comparaciones con lo que habíamos hecho antes, pero sentimos que ahora todo suena muy compacto. Estamos muy a gusto con el resultado y a la gente también le ha gustado mucho el cambio. Ha quedado muy guay. 

Mikosis tocando en el Vértigo Rock Fest. Instagram: @mikosis.mikosis

LOS JUEVES, KAFE ANTZOKIA

¿Qué lugares frecuentan tres jóvenes estudiantes aficionadas a la música alternativa? Según Ane Mei, en su localidad natal no encuentran demasiada oferta acorde a sus preferencias musicales. “En Gernika no siento que haya un ambiente que vaya mucho con nuestro rollo. En los bares, sobre todo lo que hay es música comercial”, afirma la guitarrista de Mikosis, en referencia al reguetón y otros estilos que suelen mover a las masas en las noches de marcha. Junto a estos géneros, Ane Mei reconoce que en Gernika también suena “bastante” punk rock y rock radical vasco. Eso ya le gusta más.  

Cuando se mueven por Bilbao y sus alrededores sí que dan con un ambiente más afín. Si salen por la villa un jueves suelen acabar las noches en el Kafe Antzokia, punto de encuentro habitual de muchos universitarios. Ane Mei dice que una vez, durante la Aste Nagusia, tocaron en Bilborock, junto al Casco Viejo, y descubrieron el Café Nervión, que se alza sobre la ría y tiene solera. La guitarrista vive actualmente en Gernika, pero el próximo año tiene pensado mudarse a Bilbao y seguirá explorando todo lo que se cuece en la ciudad.

Pasar de cuatro a tres miembros y acostumbrarse a la nueva situación no tiene que ser fácil. 

-Cuando nos quedamos las tres de improviso, al principio decíamos: ¿y ahora qué vamos a hacer? Es un cambio muy grande. En el escenario también nos hemos tenido que adaptar porque no sabíamos cómo íbamos a ocupar el espacio y movernos con los instrumentos. Pero a medida que hemos dado conciertos nos hemos hecho a la nueva situación y ya nos sentimos muy cómodas como trío. 

Ez sentitzeko, el último single, es un tema muy poco veraniego.  

-Es verdad, lo estuvimos pensando. Lo que ha pasado es que la guitarra, que tiene un riff nostálgico y melancólico, tiene mucho peso; marca bastante la canción. Al principio era un tema muy distinto, para nada sonaba de este modo. Pero, de repente, las guitarras salieron así y se ha quedado con un tono más agridulce o melancólico.

¿Y eso? ¿A qué se ha debido el cambio? 

-Creo que es porque últimamente he escuchado bastante música shoegaze y dream pop; Slowdive, Beach House y cosas así. Si me dicen hace un año que estaría tan metida en este rollo no me lo hubiera creído, porque era de los que decía que me aburría con esta música. Es algo muy inmersivo. Hay que saber escuchar esta música y salir de ella de vez en cuando para no quedarte atrapada. 

Graban habitualmente con el músico y productor Urtzi Iza, del estudio Eten Sonoro de Bilbao. Él dice que es muy poco intervencionista y que normalmente deja a las bandas hacer.  

-Es verdad que hay distintas formas de grabar. La nuestra, normalmente, ha sido casi siempre la misma: ponernos las tres en el estudio como si fuera un concierto o un ensayo de la banda. Buscamos trasladar la energía del directo y esperar a que se produzca una química entre nosotras, más que perseguir la perfección del sonido. Si la toma ha sido buena, adelante. Y luego, si hay que cambiar algo, lo vemos… y a ver qué pasa. Con Urtzi acabamos de grabar un par de temas en tres días. El primero de ellos saldrá en septiembre.

El pasado 18 de julio participaron en una jornada musical y artística en el espacio La Terminal en Zorrotzaurre, que los organizadores describieron como “el evento del verano”. ¿Qué tal fue? 

-A nosotras nos propuso participar (el grupo) Norman Bates. Se nos ocurrió invitar a unos amigos de la facultad de Bellas Artes para que se animaran a exponer sus obras. Entre los grupos que tocamos y los artistas que expusieron se generó un ambiente superguay, en el que se juntó toda la burbuja artístico-moderna de Bilbo.