Ha muerto Iosu Osteriz Aranguren, histórico de ANV-EAE, editor y responsable de distribución del principal medio de comunicación clandestino de estas siglas laicas llegado de América: Tierra Vasca / Eusko Lurra. Este político que estuvo activo en el seno de Herri Batasuna, economista y escritor vasco nacido en Iruñea en 1935 se lleva consigo un rico legado de sapiencia y bagaje vital de 88 años. Antifascista de raza, fue detenido y acusado de ser integrante de ETA militar, dato éste que quien vivió exiliado en Venezuela y otros países siempre negó argumentando que ser de HB no conllevaba ser miembro de la organización armada. “Abandoné Herri Batasuna por el camino que llevaba de violencia. A juzgar por los análisis políticos que hacemos algunos, se podía ver que aquello tenía difícil salida y que había que jugar la carta política. Pero no sé, nadie tiene toda la verdad, no hay tablas del Sinaí”, respondía al periodista Iker Tubia en el diario Berria. En 2024, se cumplirán veinte años de la publicación de su libro titulado ANV. La historia oculta. La resistencia.

Osteriz en el año 1982.

Osteriz en el año 1982. DNN

Osteriz siempre estuvo orgulloso de Tierra Vasca / Eusko Lurra, órgano de prensa de ANV. Como ilustra la enciclopedia Auñamendi, su primer número apareció en Donostia el 8 de enero de 1933 sustituyendo al diario Acción Nacionalista editado en Bilbao de 1932 a 1933. Lo dirigió José Olivares Larrondo Tellagorri y su línea, concorde con la de ANV, fue republicana, laica y reformista. Al acaecer la caída de Donostia en setiembre de 1936 se siguió publicando en la capital vizcaina en los talleres El Pueblo Vasco. Allí, su último número vio la luz el 17 de junio de 1937 ante la entrada de los ya denominados franquistas. Caído el frente norte, se reorganizó la redacción en Baiona viendo la luz semanalmente hasta 1940. Años más tarde, en 1956, reapareció en Argentina, en su capital Buenos Aires, bajo la dirección del propio Tellagorri y Pello Mari Irujo con una periodicidad mensual.

Imagen del periódico ‘Tierra Vasca/Eusko Lurra’. ANV

Este periódico tuvo una larga y asendereada vida ya que era distribuido a toda la diáspora vasca y era introducido clandestinamente en la Euskal Herria franquista. Así, en Iparralde se vendió en los kioskos. En los números que se publicaron en el exilio pueden verse colaboraciones de lo que denominaban “interior” y del exilio, firmas y seudónimos de diferentes grupos y partidos: desde CNT hasta Enbata. Desapareció primeramente en 1976 debido a una enfermedad y muerte de su director Tellagorri. El investigador, Eduardo Renobales, aporta a DEIA una razón más: “La subida de los precios del transporte aéreo. Mandaban los periódicos de Buenos Aires a París, y tras recogerlos se destinaban a Baiona y allí quedaban bajo la batuta de Osteriz que era quien encargaba de la infraestructura para repartirlos en el interior. Iosu me contaba que utilizaba las sendas ancestrales de los mugalaris a caballo o mula o en barcos entre el pescado”. Ya en Hegoalde los difundían en camionetas “camuflados en paquetes dentro de ejemplares de La Gaceta del Norte, me contaba”, apostilla.

Posteriormente, el medio volvió a aparecer en la transición democrática como órgano de ANV en el período de fusión de este partido con Euskal Sozialista Biltzarrea (ESB). “Las veces que estuve con Osteriz fue muy amable y por ello siento su pérdida y, aunque no conozco a su familia, quiero enviarles un abrazo solidario en estos malos momentos que están pasando”, concluye Renobales quien estima que Tierra Vasca fue “el periódico más importante de los vascos de América, facturado con mucha calidad y abierto, es decir, en él no escribían solo los de ANV”. La publicación suponía un “enorme sacrificio económico para la militancia ekintzale” que lo sufragaba en su mayoría con aportaciones anónimas o de colaboradores ajenos. El grueso del dinero provenía de Caracas y México DF. “Suponía sacrificio económico y riesgo personal para la militancia que lo distribuía con enorme riesgo personal, como relataba Osteriz. Lo repartían, sobre todo, por Bilbao y Ezkerraldea, zona minera y Enkarterri” y la zona de Donostia. En Iruñea era el propio activista quien gestionaba su distribución clandestina.

Osteriz, ágil en su discurso, escribía sobre todo ello con estas palabras: “En aquel periodo de 1930-1936 surgió ANV-EAE como partido vasquista, republicano, laico y socialista. En cada número de abril, Tierra Vasca saludaba con un “¡Viva la República Federal!”. Soportó el encono de los sectores más conservadores de nuestra sociedad, que la veían como simpatizante de los bolcheviques”, redactaba e iba más lejos: “Había también elementos procedentes del anarquismo vasco y sindicalistas de la CNT. Nunca se subió al carro del anticomunismo feroz consecuencia de la Guerra Fría. Tanto es así que nuestro consejero Gonzalo Nardiz, cuando tras la Segunda Guerra Mundial los comunistas fueron expulsados del Gobierno vasco en el exilio, expresó el único voto en contra. Es un trozo de Historia”, apreció desde Buenos Aires.

Un trozo de historia también ha sido su existencia casi nonagenaria. La Guerra Civil empujó a su familia a buscar el exilio. Y logrado, residió en Venezuela, así como en otros países americanos, y en Reino Unido. Se ganó la vida como periodista de prensa escrita y radiofónica.

Ofrenda floral del Centro Vasco de Caracas. Archivo Anasagasti

Otra persona que tuvo mucha relación con el editor de Tierra Vasca en Caracas fue el jeltzale Iñaki Anasagasti. Convivían en Venezuela con personas históricas de ANV como Txus Dolara, Luis Lasheras, Vicente Arnoriaga, Díaz de Rekarte, Xabier Ollo o Luis Ruiz de Aguirre, quien firmaba como Sancho de Beurko. “Era muy conocido en el centro vasco. Muy significativo en el grupo pequeño de ANV. Yo le conocí muy bien porque un tiempo vivimos en la misma pensión de la familia exiliada Muguruza, en el centro de Caracas, en las torres Bolibar. Solía desayunar con él. Los domingos, aunque él era de ANV, íbamos juntos a la misa de San José de Tarbes, luego veíamos partidos de pelota, discutíamos, gran relación. Era muy buena persona”, testimonia y pasa a relatar una curiosidad. “Si se me permite la licencia, en aquellos tiempos había una famosa serie de televisión que se llamaba El fugitivo. Y a Osteriz, le llamábamos así, por la prisa que llevaba siempre cuando iba a los sitios, corriendo. En el centro vasco no se le conocía como Iosu Osteriz, sino como El fugitivo, de forma cariñosa; no como despectivo, por su forma de entrar y salir”, aporta Anasagasti.

El navarro contrajo matrimonio con Inmaculada Gallastegi, de Elorrio. Era hija de la persona que se encargaba de cobrar las cuotas del centro vasco de Caracas. Tuvieron una hija, Muskilda –nombre de una montaña y virgen de Otsagabia (Nafarroa)–, jefa del gabinete del Departamento de Derechos Sociales de Navarra. “Con Osteriz desaparece un militante de aquella ANV histórica que estuvo en el Gobierno del lehendakari Aguirre de 1936”, concluye Anasagasti.