“Cuando empecé con la hamburguesería facturaba 30 euros al día y ahora hay fines de semana que esa cifra asciende a 3.000”. Así es como Ainhoa Sevilla ha transformado su negocio de La Burger Vasca hasta llegar a abrir su sexto establecimiento en Bizkaia.
Sevilla empezó en el mundo laboral con 18 años y rápidamente se dio cuenta de que trabajar en una pizzería no iba a ser para toda la vida. Con 25 años se dio cuenta que quería emprender. Compró su primer local en el bilbaino barrio de Uribarri, una cafetería para, posteriormente, mudarse a la zona de Indautxu y, finalmente, acabar en Galdakao, dónde comenzó el negocio de las hamburguesas. “Quise dar un servicio que en aquel entonces Galdakao no tenía”, apunta.
Dudas
En ese momento pensó que cocinar hamburguesas no sería muy difícil, pero pasó todo lo contrario. Aquel primer local no fue como esperaba a pesar de que buscó "buenos proveedores". “La gente entraba, se sentaba y al ver que el precio de las hamburguesas era elevado, se iba”, destaca de aquella época ardua.
Meses después llegó la pandemia del coronavirus y durante esta situación la emprendedora pensó en cómo darle la vuelta a su negocio y se puso manos a la obra. En esta ocasión cambió la ubicación del negocio y se mudó a Mungia, dónde situó lo que ella misma define cómo "laboratorio de hamburguesas". Para su sorpresa, y tras bajar los precios, comenzó a tener alguna que otra venta.
Entonces, un amigo que tenía una hamburguesería en Barakaldo, le ofreció la opción de copiarle la carta, aunque aquello ni la terminó de convencer, ni duró mucho, ya que los costes eran elevados. Así que, decidió abrir otro local de hamburguesas, esta vez, "más premium". Ahí nació La Burger Vasca.
“Gracias a las redes sociales, el negocio explotó”, señala. Debido a este reconocimiento tan repentino abrió un segundo local en Galdakao, y allí cambió completamente la carta del establecimiento que tenía en Mungia. “Ahí fue cuando empezamos a facturar”, menciona. Además, comenta que cuando el negocio finalmente despegó generaba entre 500 y 700 euros los días de entre semana y cerca de 3000 los fines de semana, algo que a día de hoy la sigue sorprendiendo.
Expansión
Hoy en día, el negocio funciona bien y se ha expandido a otros lugares, como Barakaldo o Bilbao –local abierto recientemente–, aunque lo difícil actualmente, es mantenerse en la amplia oferta que hay en las ciudades. “Estamos intentando hacer viral la marca y nuestro objetivo es expandirnos, por ello ya tenemos planeado abrir veinte locales en Madrid”, afirma sobre la expansión fuera de Euskadi. “Lo más importante de un negocio es ser buen gestor y administrador”, señala.
Por otra parte, admite que los locales de las ciudades es más complicado, aunque cree que la gente, actualmente, acude a los restaurantes por una cuestión de marketing. Por ello, en los pueblos los establecimientos de su marca se llenan y en las ciudades no, por lo que está tratando de aumentar el marketing de su propia marca. “Tengo un equipo de gente joven y estoy aprendiendo mucho de ellos”, señala. Respecto a la creación de las hamburguesas, apunta que se inspiran en lo que está en tendencia, además de hacer alguna temática, y las de sus locales son estacionales y según pasa el tiempo, varían.