Comienza su cuarta temporada al frente del Barakaldo. ¿Cómo lo valora?
—Muy positivamente, porque en este mundo del fútbol, y más, en estas categorías, poder permanecer dos años al frente de un equipo ya es difícil, estar tres es increíble y estar cuatro prácticamente es un milagro. Lo cierto es que me encuentro muy a gusto en este club y espero que ojalá sean muchos más. Estoy muy contento y también pienso que si quieren que siga aquí es porque en el club también están contentos con la labor del gran cuerpo técnico que tengo. Hemos vivido cosas muy bonitas los tres años anteriores, de hecho cuando hablo de ello hay veces que me emociono... pero espero que todavía haya muchas más alegrías por venir y que podamos conseguir muchas más cosas.
¿Es esta la temporada con más cambios –plantilla y rivales– desde que llegó al Barakaldo?
—Yo diría que todos los años ha habido cambios. Las dos primeras temporadas conseguimos dos ascensos, así que durante tres años hemos sido novatos en las respectivas categorías. Pero sí que es cierto que de los cuatro años este es en el que más ha cambiado tanto el entorno de equipos con los que nos vamos a medir como la plantilla, aunque estoy contento porque hemos logrado completar un buen grupo, además un buen grupo humano, que cuando empiece a rodarse y a sumar entrenamientos y minutos tendrá mucho margen de crecimiento. Hemos tenido una pretemporada atípica en cuanto a lesiones que nos ha condicionado el trabajo y hay jugadores que llegan justitos a esta primera jornada. Pero el hecho de que haya lesiones y dificultades siempre cohesiona más al grupo y ayuda a valorar más las cosas positivas, cuando se dan.
¿Cómo lidia un entrenador con el hecho de que se mantengan solo ocho jugadores de la temporada anterior y que el resto sean nuevas incorporaciones?
—He tenido la suerte de que los jugadores que se han quedado llevan varios años, en el caso de algunos van a cumplir también los mismos cuatro años. Son jugadores ya muy integrados en el club y en lo que es el Barakaldo y realmente son los que ayudan a que todo sea mucho más fácil para los nuevos. Varía con respecto a otros años en que igual hay que incidir más en aspectos que los que permanecen ya conocen. Entrenamientos en los que esa gente nueva vea lo que queremos hacer y partidos de pretemporada para lo mismo. Y si sumas el tema de las lesiones y que muchos llevan pocos entrenamientos... por eso decía antes que todavía nos queda un gran margen de crecimiento. En general, son jugadores jóvenes que si siguen con esta proyección, tendrán opciones de llegar incluso al fútbol profesional.
¿Qué nota le pondrías a la pretemporada que ha hecho el equipo?
—Partiendo de que lo más importante es encajar las piezas que los resultados de los partidos en sí, estoy contento con la actitud y la disposición de los jugadores, teniendo en cuenta que por los jugadores disponibles ha habido que cargar a algunos con más minutos y hacerlo antes de lo previsto con otros, con todo lo que conlleva por falta de entrenamientos, etc. Pero siempre hay que buscar lo positivo cuando ocurren cosas que dificultan el trabajo. Por ejemplo, han hecho la pretemporada cinco chicos del juvenil, cuatro de ellos de Barakaldo. Han vivido una experiencia muy buena, nos han ayudado muchísimo y han hecho que el día a día ante esas dificultades que hemos tenido fuera de mayor calidad y más llevadero.
¿Qué le parece el grupo?
—Creo que el año pasado a todos los equipos vascos que estábamos nos parecía un privilegio que hubiera tantos equipos cercanos y, además, tantos derbis, que siempre son partidos que gustan y que tienen más repercusión. Este año solo los tendremos contra el Arenas y el Bilbao Athletic y habrá que hacer muchos más kilómetros de autobús, pero tampoco le doy mucha importancia. Este primer viaje a Mérida, de hecho, es uno de los más largos que haremos durante la temporada. Pero en cuanto a lo demás, será igual de exigente, igual de difícil e igual de bonito.
¿Influye de alguna forma en la preparación? ¿Menos días para entrenar, etc.?
—No tiene que ver... Es relativo. Lo que más influye es tener que jugar de sábado a viernes, o de viernes a domingo. El tema de más o menos entrenamientos se va viendo más en el día a día de la temporada. Hay momentos en que el equipo necesita más aire, despejarse mentalmente, y damos algún día libre más; otras semanas, por el contrario, toca trabajar más e incidir en algunos aspectos... Más que de los kilómetros, todo depende de cómo vamos viendo y valorando el trabajo del día a día.
¿Qué nos encontraremos el sábado ante el Mérida?
—Creo que nos encontraremos con un equipo y una afición muy ilusionados, porque hicieron una gran temporada, llegaron a los play-off y es un equipo que está buscando el equilibrio entre jugadores con experiencia en Primera RFEF y jugadores que han destacado en Segunda Federación manteniendo los buenos jugadores que tenían. Es un equipo que maneja bien todas las facetas del juego y ante el que será complicado, aunque los que repetimos en esta categoría sabemos que no hay ningún campo fácil, incluso por muy bien que esté el equipo y por muy mal que esté el rival.
¿Cuál cree que será el sitio del Barakaldo este año en Primera RFEF?
—Tenemos que ir con la humildad de un club de una zona obrera, como somos, y buscar en primer lugar los puntos necesarios para poder mantenernos un año más en la categoría. Si, además, en la recta final podemos estar en disposición de conseguir cosas mejores querrá decir que hemos hecho un buen año. No tenemos que renunciar a nada, pero sabiendo que nos enfrentaremos a equipos con mucho poder económico y social y con grandes diferencias con respecto a otros equipos que estamos en la categoría.