El Amorebieta continúa sin salir del pozo y cada vez son menos las jornadas que restan para reaccionar, pese a que todavía quede un mundo por delante. El conjunto azul, colista del grupo I de Primera RFEF, no pudo pasar del empate en su compromiso del domingo en Urritxe frente al Tarazona (2-2) en un encuentro marcado por la polémica, sobre todo por el penalti decretado por el colegiado Ruiz Álvarez por manos del delantero local Kaxe, que supuso el empate provisional del conjunto aragonés, y por la expulsión pocos minutos después de Natxo González, técnico del equipo zornotzarra, que vio dos amarillas consecutivas, la primera por protestar y la segunda en la misma acción por dirigirse, como así reza en el acta, al árbitro asturiano en los siguientes términos: Te quedarás a gusto en diferentes ocasiones y señalándome con el dedo en actitud desafiante mientras se dirigía a mí”. Una roja por doble amonestación que privará al gasteiztarra de sentarse en la banquillo de su equipo en la próxima visita al Nàstic y probablemente en el siguiente compromiso en Urritxe frente al Arenteiro, dos conjuntos que pelean por el play-off de ascenso.

Natxo González no dudó en discrepar del trencilla, hasta el punto de cargar contra la actuación de Ruiz Álvarez y de denunciar varias actuaciones que tomó el colegiado. “A estas alturas no me gusta que me tomen el pelo”, se manifestó con rotundidad el entrenador del Amorebieta, que no se alargó en sus declaraciones, pero en las que fue muy claro pese a la brevedad de sus palabras. “No me gustaba lo que estaba viendo y simplemente le he dicho que se habrá quedado a gusto, porque es verdad”, justificó el técnico azul, con lo que corroboraba el testimonio recogido en el acta, sin referirse, eso sí, a la interpretación arbitral de esa actitud y que calificó de “desafiante”. Así y todo, Natxo González insistió en sus críticas y añadió que no le gustaba el penalti, “muchas faltas no me gustan y me estoy jugando la vida como para que me tomen el pelo”. El juez disciplinario único de Primera RFEF será el que determine el miércoles la sanción que pude recaer sorbe la figura del gasteiztarra, que suma nueve partidos al frente de los azules.

Un Amorebieta al que le supo a poco el empate firmado con el Tarazona y que encadena cinco jornadas consecutivas sin saborear la victoria, tramo en el que solo ha sumado dos de los quince puntos posibles y en los que ha recibido once goles, una sangría que le lastra, tal como reconoce su propio técnico, ya que “vuelves a encajar dos goles y es imposible”. No en vano, al conjunto azul le toca resetearse y buscar fórmulas para cerrar esa debilidad defensiva que tan caro le está saliendo. Se trata del equipo más goleado, con una tarjeta de 38 tantos encajados, de los 40 conjuntos que componen los dos grupos de Primera RFEF, con una media de casi dos dianas recibidas por encuentro, y con el agravante de que solo ha dejado su puerta a cero en tres compromisos, una fragilidad que se penaliza, y mucho, en una categoría tan exigente, por lo que deberá blindarse a la hora de encajar poco si quiere optar a una permanencia que a día de hoy dista a siete puntos.