“Ya hemos hablado que tenemos la asignatura pendiente de ganar en casa, que es muy importante para pelear por la salvación. Los partidos de casa son cruciales”. Se puede decir más alto pero no más claro. Ángel Viadero, técnico del Sestao River, no hizo más que reconocer una realidad que penaliza al conjunto verdinegro, que cosechó una nueva derrota en Las Llanas y ante el máximo rival, con ese añadido de amargura que conlleva. Es un mal del que no se cura un Sestao que acumula casi ocho meses sin vencer en su guarida, lo que retrata el estupor que atrapa a su masa social, que se había hecho ilusiones de convertir Las Llanas en un fortín. Con todo, no es un debe de esta campaña, ya que estas penurias como local también se dieron el pasado curso, aunque no con la saña que se produce en el actual. Recordar en este sentido que los verdinegros solo han conservado dos de los 21 puntos posibles, con lo que es el peor equipo de largo de la categoría como local, con cinco derrotas encajadas.

La última victoria del Sestao River en Las Llanas data del 13 de abril de este 2024, cuando superó al Real Unión por 3-1, dentro de la trigésima segunda jornada de la pasada temporada, donde logró la permanencia en el último partido con su victoria en el Reino de León, donde también ha vencido este curso. Tras tumbar al Real Unión, perdió en casa ante el Deportivo (0-1) y empató con el Tarazona (1-1), mientras que en lo que va consumido de liga únicamente ha empatado con Unionistas (1-1) y Barça Atlètic (2-2); mientras que ha perdido frente al Lugo (0-1), Andorra (0-1), Bilbao Athletic (0-1), Osasuna Promesas (1-2) y Barakaldo (0-1), siete encuentros en los que solo ha sido capaz de marcar cuatro goles, una de las razones que explican su mala situación en la tabla.

El conjunto de Ángel Viadero sí es muy solvente cuando comparece lejos de Las Llanas y en sus tres últimos desplazamientos ha sellado dos triunfos y un empate, un aviso de cara al derbi de Urritxe.