Leandro Martínez (Colindres, 7 de julio de 1994) es una referencia en el Sestao River, en el que vive su tercera etapa. El sábado pasado fue el autor del gol que dio en Zubieta ante la Real Sociedad B la primera victoria del curso a un conjunto que el sábado recibe en Las Llanas al Andorra, un viejo conocido para el delantero cántabro, que también tiene pasado en los filiales del Racing y Atlético de Madrid, en el Leioa, Villanovense, Gimnástica Torrelavega, Arenas y Balompédica Linense. “Si te marcas una cifra de goles, te puedes llegar a angustiar y si te angustias, no rindes al máximo nivel”, reflexiona Leandro.

Su inicio de temporada es brillante, ha marcado dos de los tres goles del total del Sestao River, el último el de la jornada pasada en Zubieta, que dio la primera victoria del curso a su equipo. ¿Cómo se siente?

—Muy a gusto, tanto por ese gol como por encadenar la primera victoria de un equipo que prácticamente es un bloque nuevo, con solo tres jugadores que nos hemos quedado del año pasado. Es muy importante engrasar las piezas cuanto antes, sobre todo porque la liga anterior costó mucho lograr la primera victoria, en la décimo primera jornada, y esta ya la tenemos en la cuarta.

¿Se han librado con este triunfo?

—Sí. Saber que tenemos los mismos puntos a estas alturas que el año pasado supone un paso muy importante, que luego no se nos complique como entonces, cuando tuvimos que hacer una segunda vuelta de play-off para salvarnos.

A sus 30 años y en su tercera etapa en el Sestao River, ¿está en su segunda juventud?

—La verdad es que me siento muy bien, cada año que pasa voy a mejor como el buen vino, física y mentalmente me encuentro muy bien.

¿Qué es el gol?

—El gol lo es todo. Son dinámicas y cuando marcas tu estado anímico mejora, se nota mucho en el juego del futbolista. Los delanteros vivimos del gol, intentar hacer las cosas bien para cuando llegue aprovechar al máximo y cuando no entra para que vuelva cuanto antes esa dinámica.

¿Y cuando no marca ni al arcoíris?

—(Risas). Trabajar, tener la cabeza liberada y consciente de que trabajando duro todo llega.

Se entiende que el delantero es egoísta. ¿No se angustia cuando no llega el gol?

—No. El año pasado en la primera vuelta solo llevaba dos goles y en la segunda conseguí hacer siete goles en los últimos diez u once partidos, la mente siempre es lo importante, sentirte liberado.

¿Se marca una cifra de goles esta campaña?

—No, porque si te marcas una cifra, te puedes llegar a angustiar y si te angustias, no rindes al máximo nivel. Marcarte una cifra no es bueno.

¿En qué se ha reinventado?

—No creo que me haya reinventado. Soy el mismo que el que llegó hace diez años al River, la misma persona, pero con la experiencia que te dan los años, el conocer más, salir de casa, volver. El fútbol te proporciona muchas riquezas.

¿Se siente un líder en el campo?

—Soy un jugador que sí intenta ayudar mucho a mis compañeros, hay muchas veces que se me ve hablar, transmitir, ordenar… pero somos un equipo en que hay mucha gente así y es importante para poder arroparnos todos y que el equipo crezca desde ahí.

Llegó al Sestao siendo un chaval, se marchó, volvió, salió de nuevo y retornó por segunda vez. ¿Lo suyo con el River es una relación de amor y odio?

—Es más de amor, porque de odio nunca va a ser. Cuando me he marchado del River ha sido para intentar crecer como futbolista y persona en otros ámbitos, pero siempre he vuelto. La frase de que por algo se vuelve, en este caso es por amor. Cuando uno vuelve por tres veces es porque se siente a gusto en este club y desde el primer día la gente me ha tratado muy bien y por eso he vuelto cuando he tenido esa opción.

¿Qué tiene el River?

—Es un club especial. Juegas en Las Llanas y ese sentimiento no aparece en otros sitios donde he jugado, igual por el tipo de campo, el estilo de fútbol que se practica aquí, el cariño de la gente, ha habido piñas muy buenas y nunca he tenido una plantilla mala… todo suma.

Ha jugado también en varios clubes. ¿Dónde lo ha pasado peor?

—Pasar peor, no. Creo que he sido feliz en todos los sitios donde he estado, es unos más que en otros, pero sin ningún problema.

El curso pasado el River sufrió para mantener la categoría. ¿Qué han aprendido de aquello?

—No volver a cometer los mismo errores, sobre todo en la primera vuelta. Haber logrado la primera victoria es muy valioso para que no vengan después sorpresas e intentar acumular puntos hasta que el equipo esté totalmente ensamblado, ya que el año pasado tardamos muchísimo.

Las Llanas se entiende como una plusvalía pero en lo que llevan de liga están invictos como visitantes y, en cambio, no han ganado en casa.

—El primer partido ante Unionistas merecimos más que el 1-1 y ante el Lugo no estuvimos como nos hubiera gustado, pero tampoco ellos hicieron más como para ganarnos. La victoria en casa va a llegar más temprano que tarde.

Reciben el sábado al Andorra, al que ya marcó en su último partido en la Balompédica Linense, también en Primera RFEF. ¿Cómo lo recuerda?

—Recuerdo que nos jugábamos la permanencia y ganando estábamos salvados. Conseguí hacer el primer gol, que fue clave, y dar la asistencia del segundo a (Aly) Coulibaly, que está en el Amorebieta, y a ver si puedo volver a hacerlo.

Ha jugado 163 partido en el River, con 46 goles en su haber. ¿Se considera ya parte de la historia de este club?

—Poco a poco prefiero hacerme un hueco y si algún día logró hacer historia en este club, que no sea yo el que lo diga. Ojalá llegue a ser historia .