El nuevo entrenador del Villarreal, Marcelino García Toral, aseguró ayer martes, durante su presentación oficial, que está seguro de que logrará devolver al equipo al lugar que merece en la clasificación.

El técnico, que se emocionó durante el acto de presentación, confesó que no esperaba regresar al Villarreal, pero precisó que la vida ha facilitado que regrese a un lugar donde fue “feliz”. “Creo que va a valer la pena volver. Aquí pasé cuatro años maravillosos, tanto en lo profesional como en lo personal, y eso para mí fue muy importante”, añadió el preparador.

Marcelino admitió que en su anterior etapa en la entidad, que se prolongó durante 177 partidos, tuvo malos momentos personales, en alusión a la pérdida de su padre, pero precisó que regresa “feliz”. “Sé que el final no fue el mejor ni el deseado, tuvimos culpa ambas partes, aunque yo asumo la mía. Por suerte yo soy de recordar lo bueno. Y lo bueno fue infinitamente más que algún mal momento que hubo”, explicó el entrenador en relación a su marcha de la entidad.

El técnico asumió que se hace cargo del Villarreal en un momento “que no es sencillo” y agradeció la confianza de los dirigentes del club por confiar en él. Reconoció que le hubiera gustado iniciar un proyecto “desde pretemporada”, si bien se centrará en “enderezar el rumbo”. “Estoy seguro que vamos a devolver al Villarreal al lugar que se merece”, dijo.

“Las cosas vienen como vienen. Ahora nos volvemos a reencontrar y lo que queremos es crecer ambos, tanto el club como nosotros como cuerpo técnico”, apostilló Marcelino, quien aseguró que regresa “con la misma humildad que aquel 13 de enero del 2013” cuando cogió a aquel Villarreal en Segunda División. “Llego con la misma ilusión, la misma ambición y la misma pasión. Eso sí, espero no perder el primer partido por 5-0 como en mi debut en el Submarino”, bromeó el asturiano, quien dijo no sentirse el “salvador” del equipo. “No me llamo Salvador ni me apellido Milagros. Vengo aquí a trabajar y a conseguir hacer disfrutar a todo el mundo, a los jugadores, a los directivos y a los aficionados”, puntualizó.

En cuanto a la forma de hacer reaccionar a la plantilla, afirmó que no tiene una “varita mágica”, por lo que su objetivo es “trabajar y convencer a los profesionales de este club de que son mejor de lo que la clasificación demuestra”. “Ellos tienen parte de culpa de la situación, porque el hecho de que yo sea el tercer entrenador que tiene el club en noviembre es una clara muestra de que los futbolistas también tienen su responsabilidad”, explicó. “Yo voy a ser una herramienta de trabajo para ellos. Vamos a darle las condiciones para que trabajen y mejoren su rendimiento”, insistió Marcelino, quien defendió la calidad de la plantilla. “Es buena, si no fuera así tened claro que no hubiera venido. Debemos tener claro que el objetivo es centrarnos partido a partido, no podemos ir más allá. Debemos subir de escalón a escalón”, argumentó el asturiano, que mostró “un enorme respeto” por sus predecesores en el cargo, Quique Setién y José Rojo Pacheta. “Evaluaré al equipo desde ahora que ya estoy entrenando con él”, sentenció Marcelino, que regresa al banquillo tras dejar el pasado septiembre el Marsella por las amenazas sufridas por el presidente proferidas por ultras del club.