La permanencia en LaLiga SmartBank se antoja cada vez más complicada para el Amorebieta, hundido en la tabla como penúltimo clasificado a nueve puntos de la salvación tras encadenar siete jornadas consecutivas sin ganar. Incapaces de vencer al colista y ya desahuciado Alcorcón el domingo en Lezama, donde se presenció un partido sin que ninguno de los dos equipos hiciera méritos suficientes para imponerse al rival, los números y las sensaciones constatan que los azules no han reaccionado al cambio de entrenador impulsado por la dirección deportiva. La fulminante destitución de Iñigo Vélez de Mendizabal tras sufrir tres derrotas seguidas y la apuesta por su segundo, Haritz Mujika, no se ha traducido en una mejora sustancial a efectos prácticos.

Un punto de seis posibles y ningún gol a favor en dos encuentros proyectan los vizcainos bajo las órdenes del técnico guipuzcoano, que vio cómo el Eibar marcaba a los diez segundos en su debut como entrenador sin poder hincar el diente después como local al Alcorcón. El desarrollo del choque frente a los madrileños, además, no dejó ni mucho menos satisfecho al de Pasaia, que achacó el pobre rendimiento de los suyos a la presión. "El equipo ha estado atenazado", lamentó tras el envite Mujika. Lo cierto, sin embargo, es que más allá de los nervios al equipo le faltó nervio. Careció del pundonor que exigía la trascendencia del choque y no apretó el acelerador hasta los minutos finales, único tramo del partido en el que consiguió poner contra las cuerdas a un Alcorcón que visitó Lezama sin otro objetivo que competir dignamente y mostrar la mejor cara posible al figurar a dieciocho puntos de los puestos de permanencia.

A nueve puntos a falta de diez jornadas para la conclusión del campeonato asoma por segunda semana consecutiva el Amorebieta, que de su último compromiso apenas puede rescatar como nota positiva el blindaje de su portería por tercera vez en lo que va de temporada. Fue insuficiente. El empate sin goles no puede obtener una valoración positiva se mire por donde se mire. Las urgencias crecen a medida que se consumen las jornadas y sumar de tres en tres es fundamental para opositar con cierta consistencia a una permanencia que, lejos de ser un reto no exigible, ha sido marcada como un objetivo con todas sus letras por el propio club.

UNA CONTROVERTIDA DECISIÓN

Dirección deportiva y junta directiva han apostado fuerte por alcanzar dicha meta. Lo hicieron al prescindir de Vélez de Mendizabal en una controvertida decisión que, por ahora, no ha dado resultado y que tiene al Amorebieta a dos puntos más de distancia de la salvación que hace dos semanas. Un puesto en la clasificación han perdido también los azules con Mujika al mando de las operaciones, cargo en el que el guipuzcoano aceptó estrenarse en una situación límite que le conducirá este viernes hasta La Romareda, próxima parada para un equipo al que se le agota el tiempo para reaccionar.

Si sumamente exigente fue el primer partido a domicilio de Mujika como timonel azul al visitar a un Eibar que cabalga como líder de LaLiga SmartBank, complicada se prevé también la visita a un Zaragoza que suma por victorias sus tres últimas apariciones como local y que no pierde delante de su afición desde el 12 de diciembre del pasado año. 0-2 venció entonces el Tenerife a un equipo que enlaza cinco partidos consecutivos sin perder en La Romareda, plaza en la que el Amorebieta deberá hacerse fuerte para adjudicarse un triunfo más que necesario.

El VAR, UN OBSTÁCULO AÑADIDO

La relación entre el Amorebieta y el videoarbitraje, definitivamente, se ha vuelto imposible. Son enemigos acérrimos. Volvió a quedar patente ante el Alcorcón en Lezama, donde los azules reclamaron otro penalti por manos que se fue al limbo. Como ya es costumbre en una temporada en la que los zornotzarras asoman como el único equipo de Primera y Segunda División sin penaltis a su favor, el colegiado del encuentro, el murciano Sánchez López, ni siquiera fue requerido para acudir al monitor a revisar la acción.

En cuestión de segundos fue dada por buena una intercepción con el brazo del atacante Borja Valle a disparo de Gaizka Larrazabal en una jugada que recordó y mucho a otras que, más allá del grado de voluntariedad, sí fueron castigadas como penas máximas en contra de los intereses del Amorebieta previa utilización del VAR. Haritz Mujika, cuestionado al respecto, puso el grito en el cielo al subrayar que "llevamos toda la temporada así y estamos hasta el moño".

La explicación del cuarto árbitro al técnico de Pasaia fue del todo desconcertante, pues Mujika desveló que este le dijo que "podía ser mano, pero fuera del área". La acción, sin embargo, no admite lugar a la duda en dicho aspecto, como tampoco es discutible el hecho de que, en caso de no impactar el esférico en el brazo de Valle, este hubiera tomado rumbo a la portería madrileña.

SEIS PENALTIS EN CONTRA

Llueve sobre mojado para desesperación del Amorebieta, perjudicado por un doble rasero que se traduce en seis penaltis en contra y ninguno a favor. Mikel San José, la pasada semana, no se mordió la lengua en Twitter: "Que nadie lo malinterprete, el Amore no está en descenso por los árbitros. Pero el VAR nos perjudica y no hay más ciego que el que no quiere ver, aunque a nadie le importe. Ya no por el Amore, aunque sea por la credibilidad del VAR".