La relación entre el Amorebieta y el videoarbitraje, definitivamente, se ha vuelto imposible. Son enemigos acérrimos. Volvió a quedar patente ante el Alcorcón en Lezama, donde los azules reclamaron otro penalti por manos que se fue al limbo. Como ya es costumbre en una temporada en la que los zornotzarras asoman como el único equipo de Primera y Segunda División sin penaltis a su favor, el colegiado del encuentro, el murciano Sánchez López, ni siquiera fue requerido para acudir al monitor a revisar la acción.

En cuestión de segundos fue dada por buena una intercepción con el brazo del atacante Borja Valle a disparo de Gaizka Larrazabal en una jugada que recordó y mucho a otras que, más allá del grado de voluntariedad, sí fueron castigadas como penas máximas en contra de los intereses del Amorebieta previa utilización del VAR. Haritz Mujika, cuestionado al respecto, puso el grito en el cielo al subrayar que “llevamos toda la temporada así y estamos hasta el moño”.

La explicación del cuarto árbitro al técnico de Pasaia fue del todo desconcertante, pues Mujika desveló que este le dijo que “podía ser mano, pero fuera del área”. La acción, sin embargo, no admite lugar a la duda en dicho aspecto, como tampoco es discutible el hecho de que, en caso de no impactar el esférico en el brazo de Valle, este hubiera tomado rumbo a la portería madrileña.

Llueve sobre mojado, así las cosas, para desesperación del Amorebieta, perjudicado por un doble rasero que se traduce en seis penaltis en contra y ninguno a favor. Mikel San José, la pasada semana, no se mordió la lengua en Twitter:Que nadie lo malinterprete, el Amore no está en descenso por los árbitros. Pero el VAR nos perjudica y no hay más ciego que el que no quiere ver, aunque a nadie le importe. Ya no por el Amore, aunque sea por la credibilidad del VAR”.