Atl. Madrid1

Málaga0

ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Juanfran, Giménez, Lucas, Filipe; Saúl, Gabi, Koke, Carrasco (Min. 56, Correa); Griezmann (Min. 65, Augusto Fernández) y Torres.

MÁLAGA: Ochoa; Rosales, Albentosa, Weligton, Miguel Torres; Horta (Min. 57, Chory Castro), Recio, Camacho, Pablo Fornals (Min. 63, Juanpi); Cop (Min. 76, Santa Cruz) y Charles.

Gol: 1-0: Min. 61, Correa.

Árbitro: Mateu Lahoz (Valenciano). Expulsó a Diego Simeone, entrenador del Atlético, al término del primer tiempo. Amonestó a los locales Giménez, Torres y Filipe Luis y a los visitantes Charles, Welligton y Recio.

Incidencias: Vicente Calderón, ante 50.000 espectadores.

MADRID - La irrupción del argentino Ángel Correa como goleador único y decisivo a la hora de juego sacó de un embrollo al Atlético de Madrid, al que sostuvo en la lucha por la Liga con un triunfo sufrido e indispensable contra un buen Málaga, capaz de anular durante casi todo el duelo al conjunto rojiblanco. Al principio con ocasiones; después con menos llegada; al final con más oportunidades y siempre como un bloque compacto, de suma exigencia y complicación para el equipo madrileño, que respiró con el gol de Correa, vital para su quinto triunfo consecutivo en el campeonato y para mantener la ambición y el ritmo por el título.

Porque el partido fue muy competido, de maduración lenta, sufrida y estresante para el Atlético, frenado y limitado ofensivamente por el orden y la intensidad del Málaga, un equipo que corre como el rojiblanco y que planteó por momentos un jeroglífico en ataque para los locales. No encontró el equipo madrileño el duelo que quería casi nunca, esa prioridad en la que insiste Simeone de dirigir el partido hacia donde más le conviene, a manejarlo por control, por presión, por ocasiones, por juego o por fortaleza, pero dominarlo sí o sí.

El cuadro local agitó el encuentro en la reanudación con dos voleas de Saúl Ñíguez, una jugada individual de Fernando Torres y, de nuevo, otro parón ofensivo, mientras el público abroncaba al árbitro y el argentino Correa entraba al campo. Pero la fe y la ambición del Atlético son extraordinarias. También sus recursos, como Correa, que de la nada sacó un latigazo desde la esquina del área a la hora de juego que, ligeramente desviado por un defensa malaguista, rompió el partido y dio la victoria al equipo madrileño, ya rearmado hacia los tres puntos. A partir de ahí, los anfitriones rearmaron su centro del campo y manejaron el duelo.