El Barcelona llegará el viernes a Bilbao con un nuevo título, la Supercopa
Los azulgranas dilapidaron un 4-1 a su favor por sus múltiples errores en defensa
Barcelona5
Sevilla4
BARCELONA: Ter Stegen, Alves, Piqué, Mascherano (Min. 93, Pedro), Mathieu, Busquets, Rakitic, Iniesta (Min. 63, Sergio Roberto), Rafinha (Min. 78, Bartra), Messi y Suárez.
SEVILLA: Beto, Coke, Ramí, Krychowiak, Tremoulinas, Banega, Krohn-Dehli, Iborra (Min. 80, Kakuta), Reyes (Min. 68, Konoplyanka), Vitolo y Gameiro (Min. 80, Immobile).
Goles: 0-1: Min. 3, Banega; 1-1: Min. 7, Messi; 2-1: Min. 15, Messi; 3-1: Min. 44, Rafinha; 4-1: Min. 52, Luis Suárez; 4-2: Min. 57, Reyes; 4-3: Min. 72, Gameiro, de penalti; 4-4, Min. 81, Konoplyanka; 5-4: Min. 115, Pedro.
Árbitro: William Collum (Escocia). Del Sevilla amonestó a Krychowiak (Min. 14), Coke (Min. 88), Immobile (Min. 92) y Krohn-Dehli (Min. 120). Del Barça a Mathieu (Min. 71), Pedro (Min. 94), Busquets (Min. 117) y Alves (Min. 120).
Incidencias: 54.000 espectadores. Lleno en el Boris Paichadze Dinamo Arena de Tiflis. El partido se disputó bajo un intenso calor.
Bilbao - Más que la final de la Supercopa de Europa, el de anoche pareció un partido de cualquier torneo de verano. El Barça sumó un nuevo título en su particular camino al sextete, pero tuvo que sudar de lo lindo ante un Sevilla que a punto estuvo de protagonizar una remontada épica. Los de Unai Emery, que iban 4-1 por debajo en el marcador en el minuto 52, empataron y forzaron el tiempo extra. Los sevillistas no se llevaron el choque de milagro. Tuvo que ser Pedro, con un gol de pillo en el 115, el que pusiera la rúbrica a un choque de los que hacen afición. Nueve goles, muchos errores defensivos y un espectáculo que hizo las delicias de los espectadores. Seguro que también la de los seguidores del Athletic que vieron el choque de Tiflis. Pasado mañana aterriza el Barcelona en Bilbao para disputar la ida de la Supercopa de España y a estas alturas de la temporada, los culés parecen humanos. Todos menos Messi, que volvió a mostrarse como un jugador de otro planeta. Los hombres de Ernesto Valverde tendrán que vigilar aún más de cerca al astro argentino, que ayer no daba crédito a lo sucedido. Firmó dos goles de bandera y volvió a ser el sostén de su equipo, pero sus compañeros no estuvieron a su altura. Cada ataque del conjunto andaluz generó peligro, un dato a tener en cuenta para la cita de este viernes en La Catedral. Lo que es seguro es que los pupilos de Luis Enrique llegarán a la capital vizcaina con una buena paliza en las piernas.
El arranque del encuentro fue fulgurante. Como toda la noche. Con la línea defensiva azulgrana aún sin ajustar (no lo estuvo en todo el choque), Reyes encaró a Ter Stegen y Mascherano le zancadilleó por detrás en el borde del área. El Jefecito era el último jugador y los pupilos de Emery pidieron la tarjeta roja. El colegiado escocés señaló falta pero ni le amonestó. Desde la frontal, Ever Banega, con un toque sutil con su pierna derecha, superó la barrera. El portero hizo la estatua y el balón se coló en la red. No habían pasado ni tres minutos y el Sevilla ya iba por delante. Fue un espejismo para los hispalenses. Messi necesitó menos de un cuarto de hora para bajarles los ánimos. La Pulga eligió en su repertorio el balón parado para dar la vuelta al marcador.
Messi no tardó en levantar al público del Boris Paichadze Dinamo Arena. Los aficionados georgianos vestían un buen número de camisetas azulgranas, la mayoría falsas. Seguro que no olvidarán la actuación de la estrella del Barça. En la primera aproximación con peligro, Luis Suárez fue derribado en el vértice derecho del área. Messi se la pidió. Beto podía haber montado una muralla de jugadores, que el 10 la hubiese superado igual. Con su zurda exquisita, aplicó una rosca que hizo imposible la estirada del portugués. El balón entró por la escuadra. Ocho minutos después, a los quince de juego, llegó el más difícil todavía. De nuevo Leo, esta vez desde unos 35 metros y totalmente centrado, se sacó de la manga un potente disparo que pegó de refilón en el palo tras superar de nuevo a la barrera del Sevilla.
Con el marcador a favor, el Barça empezó a disfrutar del control de la posesión. El centro del campo sevillista no acertaba en la contención. Banega y Krohn-Dehli no podían con las combinaciones de Rakitic, Busquets y compañía. Messi continuó entrando entre líneas y desbordando sin problemas a sus rivales. Incluso tuvo tiempo para increpar a Emery al borde del área técnica. Nadie sabe lo que le dijo el entrenador de Hondarribia al argentino. Tal vez le abroncó por chafarle la pizarra. Pero es que no hay sistema que frene a Leo. Al menos por el momento.
Un minuto antes del descanso, Rafinha dio la puntilla al conjunto andaluz. En la jugada anterior, Dani Alves, con Ter Stegen batido, había evitado que Gameiro hiciera el empate a dos. El sustituto de Neymar en el once no perdonó. Luis Suárez, tras fallar un mano a mano con Beto, recogió el rechace y asistió a Rafinha con un caño espectacular. Solo tuvo que empujarla.
hay final para el sevilla Tras la reanudación, con el Barcelona a menos revoluciones, las ocasiones se sucedieron en las dos áreas. Los fallos defensivos afloraron y con ellos llegaron más goles. Tremoulinas se la sirvió en bandeja a Busquets y este a Luis Suárez, que hizo el 4-1. Quedaba por delante media hora de juego y el Barça ya se veía ganador. Sería lo normal. Pero la fe del Sevilla mueve montañas. En el minuto 57, Reyes recortó distancias al rematar solo en el segundo palo. Un cuarto de hora después, Gameiro transformó un penalti claro que Mathieu cometió al agarrar de forma ingenua a Vitolo (4-3). El Barcelona estaba tocado y Messi no aparecía. Si él, los azulgranas son asequibles. Lo demostró Konoplyanka en el minuto 81. Immobile, que acababa de ingresar en el terreno de juego, le robó la cartera a Bartra y el extremo ucraniano no perdonó. El milagro era posible para el Sevilla, que parecía más entero. Por lo visto, la prorroga le vino bien al próximo rival del Athletic.
Luis Enrique, con cara de circunstancia en la banda, tuvo que echar mano de Pedro, más pendiente de resolver su salida del club. La aportación del canario fue providencial. La primera parte de la prorroga transcurrió con el dominio del Barça. Fue la nota predominante en todo el tiempo extra. Los pupilos de Emery estaban desfondados. Los blaugranas tampoco estaban para mucho más. A estas alturas de la temporada el depósito de gasolina está muy justo. Menos el de Messi, que parece que no se ha ido de vacaciones. Fue el único que pidió el balón.
Cuando la tanda de penaltis estaba llamando a la puerta surgió la figura de Pedro. Fue el último servicio del extremo del Barcelona, que todo indica que irá a la Premier League. A cinco minutos para el final de la segunda parte de la prorroga, otra vez una falta de Messi decantó la balanza. El argentino, tras estrellar el balón en la barrera, volvió a pegarla en el rechace, Beto rechazó el esférico y Pedro, listo como siempre, anotó el quinto de la noche y dio la Supercopa a su equipo.
En menos de 72 horas, el Barça visita Bilbao. La tropa de Luis Enrique llegará a San Mamés después de la paliza física de ayer, por lo que hay que creer en que el Athletic se pueda resarcir de las últimas finales de Copa.