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El Gernika retorna a Segunda B tras empatar a Osasuna

El Gernika, que había ganado 0-1 en la ida, retorna a Segunda B tras empatar a uno frente a un Osasuna que igualó la diana de Carracedo en una prolongación que fue eterna en urbieta

El Gernika retorna a Segunda B tras empatar a OsasunaBorja Guerrero

Gernika1

Osasuna Promesas1

GERNIKA: Altamira, Eriz, Berasaluze, Carracedo, Arri, Oti, Lander (Min. 67, Larruzea), Zarandona, Salu (Min. 89, Pedro), Entziondo (Min. 79, Zeni) y Etxabe.

OSASUNA PROMESAS: Juan, Borja, Diego, Endika (Min. 60, Iker), Julen, Morillas, Yoel, Rubio, Berenguer, Díaz (Min. 59, Satrustegi) y Manjón (Min. 70, Martínez).

Goles: 1-0: Min. 15, Carracedo; 1-1: Min. 92, Morillas.

Árbitro: Ruiz Rodiño. Amonestó a los locales Lander, Salu, Etxabe, Arri, Altamira y Zeni; y a los visitantes Berenguer y el entrenador David García.

Incidencias: Unos 1.500 aficionados en Urbieta.

Gernika - Tocó sufrir, pero el Gernika jugará la próxima temporada en Segunda División B. Un gol de Carracedo en el minuto 15, unido al 0-1 obtenido en la ida, puso la eliminatoria muy de cara a los gernikarras. Pero no hay recompensa sin sufrimiento, algo a lo que Urbieta se había acostumbrado en las dos eliminatorias anteriores. En el tramo final, un Osasuna B volcado logró encerrar a los locales y marcar en la prolongación por medio de Morillas. El drama pudo llegar en la última jugada del choque, en la que un cabezazo de Borja lamió el palo de la portería de Altamira.

El Gernika salió enchufadísimo. Prometieron no salir a defender el resultado de la ida, y buscar la portería rival. Dicho y hecho. En los primeros minutos generaron multitud de córners en área rojilla. El primero en avisar fue el central Berasaluze, pero su testarazo rozó el palo. El encargado de botarlos, Entziondo, estuvo a punto de lograr el gol olímpico, pero Juan voló para evitarlo.

A la tercera fue la vencida. Entziondo lo puso desde la esquina y el cuero, tras varios rechaces cortos, llegó hasta la cabeza de Carracedo, el otro central local, que lo impulsó hacia la portería. Ese segundo que transcurrió desde que el balón salió de la cabeza del futbolista de Abadiño hasta que alcanzó la red se hizo eterno, con la incertidumbre de si se estrellaría o no en el larguero. Por fortuna, cayó lo suficientemente rápido para hacer saltar a una afición que ya sí tenía motivos suficientes para soñar con los ojos abiertos. 1-0 y 75 minutos por delante, hora y cuarto de esfuerzo para poner la guinda a una campaña sobresaliente. A partir del gol, el filial osasunista comenzó a encontrarse más cómodo. La salida en tromba de los locales se había apaciguado. Empezaron a mostrar destellos de su buena capacidad técnica y verticalidad, pero no eran capaces de hincarle el diente a un Gernika que, una vez más, era una auténtica roca, personificada en sus centrales con la infatigable colaboración de Oti y Lander.

Pasada la media hora, Entziondo colgó una falta lateral que cabeceó desviado Etxabe, que ayer no tuvo muchas oportunidades de demostrar su puntería. Fue más una tarde para la brega con los centrales rojillos, ganar balones por alto y generar faltas de las que sacar provecho.

La primera oportunidad destacable de los visitantes se produjo en el último minuto del primer acto, a balón parado. El remate de Endika en el segundo palo logró superar a Altamira, pero apareció Arri para salvar el empate bajo palos. Nada más regresar de vestuarios, Díaz buscó la igualada, pero su intento rozó la madera. Ambos avisos fueron el presagio de que los minutos restantes serían más incómodos que los ya superados para los de Luaces. El filial rojillo adelantó metros y metió en su campo al Gernika, que apenas pudo atacar. Pero las rocas, aunque algo más atrasadas, seguían estando ahí.

Hasta que llegó la prolongación, cuatro minutos que al final fueron cinco. Yoel lo había intentado con dos disparos lejanos, pero el que puso la igualada fue Morillas. Al igual que la diana local, se produjo de cabeza y tras un saque de esquina. Los nervios se sentían en la grada y en el campo, y a muchos aún se les dispararán las pulsaciones al recordar el cabezazo de Borja que rozó el poste. Unos centímetros evitaron el drama y dieron inicio a la fiesta, la del regreso a Segunda B doce años después.