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¿Qué hace en Finlandia el ‘nuevo Pelé’?

A los 25 años, 11 de ellos como futbolista profesional, Freddy Adu busca en el Kups relanzar su errática carrera

¿Qué hace en Finlandia el ‘nuevo Pelé’?Foto: Afp

FINLANDIA estaba bien como punto de partida, pero en ningún caso entraba en los planes como destino, ni siquiera como estación de paso. Imposible para alguien al que habían colgado la etiqueta de nuevo Pelé en edad infantil, para un chaval que con 14 años había escuchado ya miles de veces que la explosión definitiva del fútbol en Estados Unidos iba a llegar gracias a él. ¿Manchester United? “Me gustaría”, decía. ¿Real Madrid? “No lo descarto”, apuntaba, confiado, allá por 2004, en la época en la que su imagen, impulsada por enormes campañas de marketing, adornaba millones de habitaciones y aulas cuando era él quien estaba aún en edad de armarse de chinchetas y celo para engalanar su dormitorio con pósters y recortes. Pero las cosas no siempre ocurren como se espera y muchas veces los planes no son más que eso, proyectos que pueden cristalizar o no, y 12 años después de protagonizar un boom muy pocas veces visto en el deporte mundial Freddy Adu (2-VI-1989, Ghana) sigue en el punto de partida, en Finlandia, el país que vio nacer su leyenda con 13 años en el Mundial sub’17 de 2003 y el que a día de hoy le ve defender la camiseta del KuPS tras una carrera profesional absolutamente errática y decepcionante atendiendo a las expectativas.

Pero, ¿tanto prometía este delantero o mediapunta nacido en Ghana que llegó a Estados Unidos a los ocho años junto a su familia para establecerse en Maryland? Futbolísticamente, su leyenda comenzó a forjarse con 12 años cuando lideró al equipo sub’14 de Estados Unidos que superó a escuadras como Lazio o Juventus en varios torneos de la categoría. Mediáticamente, las marcas creyeron ver en él a una especie de mesías, a la estrella que, por fin, iba a convertir el soccer en un deporte de masas en Estados Unidos. ¿Exageración? No tanto si se tiene en cuenta que en el verano de 2003 Phil Knight, fundador de Nike y ejecutivo que 20 años antes cambió la historia del marketing deportivo apostando por Michael Jordan, llegó a decir de él que no descartaba en absoluto que acabara teniendo para la marca un impacto mayor que otro chaval, un tal LeBron James, que estaba a punto de debutar en la NBA llegando directamente desde el instituto.

Evidentemente, el paso del tiempo ha convertido la predicción de Knight en un sacrilegio porque, pese a tener solo 25 años, ya nadie espera que Adu pueda ser nada parecido a una estrella, ni siquiera un jugador destacado en una competición potable. Desde que en 2004 se convirtiera, a los 14 años, en el deportista profesional más joven de la historia de las ligas estadounidenses, su carrera ha ido cuesta abajo y sin frenos. Dos años en el DC United -en 2006 llegó a probar con el Manchester United, pero no logró el permiso de trabajo-, uno en el Real Salt Lake y un notable Mundial sub’20 en 2007 hicieron que el Benfica se hiciera con sus servicios con 18 años, arrancando su caída en picado. Sin sitio en el equipo portugués, Adu fue a cesión por año. Mónaco, el Os Belenenses luso, el Aris griego, el Caykur Rizespor de la Segunda División turca... y en ninguno pudo triunfar. En 2011 regresó a EE. UU. para jugar en Philadelphia y tras dos correctos cursos recaló en el Bahia brasileño, que le despidió en noviembre de 2013. Sin equipo, probó con el Blackpool inglés, el Stabaek noruego y el AZ Alkmaar pero ninguno le ofreció un contrato hasta que en julio del pasado año surgió el Jagodina. Tampoco duró demasiado en Serbia, pues solo jugó un partido de Copa como suplente antes de su marcha en diciembre. En febrero llegó a publicarse que había dejado el fútbol y que ejercía como promotor de un club nocturno de Washington, aunque él mismo salió a la palestra para negarlo. Finalmente, en marzo fichó por el KuPS, donde está encantado según sus propias palabras en Twitter: “Es magnífico poder sentirme futbolista de nuevo”.

Adu ha asegurado recientemente que sabe que su carrera no ha alcanzado, ni de lejos, el brillo esperado y que solo aspira a practicar el deporte que ama. “Me hice profesional con 14 años porque mi familia era pobre, mi madre debía compaginar hasta tres trabajos y me ofrecieron millones de dólares. Quizás no entrené lo suficiente y tampoco elegí bien los pasos en mi carrera, pero soy joven y solo quiero seguir jugando”, dijo el que una vez fuera nuevo Pelé.