bilbao. El Valencia jamás había perdido un partido de Liga en casa por 0-5, y la misma mancha salpicó a su técnico, Ernesto Valverde, que nunca había recibido semejante paliza a lo largo de los 178 encuentros que ha dirigido como entrenador en la máxima categoría. El Real Madrid fue un vendaval que en 44 minutos endosó la goleada ante la impotencia absoluta de su contrincante para darle la más mínima réplica. Fue una transformación inesperada por parte del Real Madrid, que salió al campo enchufado y con el que se puede considerar su once de gala, salvo sus dos centrales titulares, el sancionado Sergio Ramos y el lesionado Pepe, y con Iker Casillas en la portería, pese a los vaciles de Jose Mourinho con los periodistas en los días previos.

Sin embargo la súbita resurrección del Real Madrid no le aporta grandes dividendos en la Liga, competición en la que aspirar al título parece una quimera teniendo en cuenta que sigue a quince puntos de distancia del Barça. En cambio la Copa es otra historia. Se trata de un desafío corto, pero tan potente que tiene la capacidad para redimir al técnico portugués ante los ojos de una afición que le ha dado la espalda y rehabilitar a un equipo que transita sin alma por la Liga.

Consiste en eliminar al Valencia, una probabilidad factible tras el 2-0 del encuentro de ida. En semifinales aguardará, previsiblemente, el Barça, con todo lo que implica para consumo interno la eventualidad de liquidar al gran antagonista de los madridistas. Y luego la final, el título, en buena lógica frente al Atlético de Madrid. Otro partidazo en ciernes y la posibilidad de otra victoria de calado, ante el eterno rival madrileño. Porque fiarlo todo a la conquista de la Liga de Campeones, la ansiada décima, parece un ejercicio bastante más complicado.

El Valencia, sin embargo, se juega lo mismo, aunque su principal objetivo es clasificarse entre los cuatro primeros en la Liga y adquirir plaza para la próxima Champions, donde está el dinero, aspecto fundamental para un club aplastado por el peso de la deuda. Pero hay algo más. Es una cuestión de orgullo y la inminencia del partido de Copa da la oportunidad de la revancha.

El reencuentro tendrá lugar mañana (Mestalla, 21.30 horas) y para afrontarlo el Valencia no podrá contar con su mejor hombre, el delantero Roberto Soldado, que sufre una "fuerte contractura" en el recto anterior de su pierna izquierda, según los servicios médicos del club levantino.

El ariete se retiró del partido liguero con molestias en el recto anterior de su pierna izquierda. Soldado participó en los dos últimos duelos ante el Real Madrid con problemas físicos y el domingo tuvo que ser sustituido en el tramo final del partido.

El Valencia tampoco podrá contar con otro hombre importante para Ernesto Valverde, como es el capitán David Albelda, por problemas físicos en un gemelo.

Además del Valencia-Real Madrid, mañana se disputa el Sevilla-Zaragoza (19.30 horas) y el jueves el Betis-Atlético de Madrid (20.00 horas) y el Málaga-Barcelona (22.00 horas), partidos de vuelta correspondientes a los cuartos de final de Copa.