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"Estoy dispuesto a trabajar para lograr la oficialidad de la selección de Euskadi"

Luis María Elustondo, presidente del Erandio y candidato de consenso de los tres dirigentes territoriales, apela al compromiso y a la unión del fútbol vasco a la hora de desglosar las bases de su proyecto, en el que la selección de Euskadi también tiene un importante espacio reservado

"Estoy dispuesto a trabajar para lograr la oficialidad de la selección de Euskadi"BORJA GUERRERO

Cada vez falta menos para la gran fecha. ¿Cómo está viviendo los días previos a las elecciones?

Bien, con tranquilidad, aunque un poco sorprendido porque pensaba que iba a haber menos tensión y menos movimientos, pero lo estoy llevando sin ninguna alteración.

Será su segundo intento de alcanzar la presidencia de la Federación Vasca de Fútbol tras quedarse a las puertas hace ocho años.

En aquella ocasión ganó Iñaki Dobaran por muy pocos votos, pero fue una experiencia grata para mí, no tengo nada que reprochar a nadie. Tuve también esa ingenuidad que suele existir cuando no conoces muy bien el terreno, pero me sirvió para adquirir cierta experiencia.

Aun así, ¿se le quedó una espina clavada?

No. De hecho, nunca volvería a ir en una pugna de unos contra otros, si se puede llamar así. Considero que el puesto de presidente de la FVF debe ser consensuado. En aquel momento igual fue un error y ahora creo que la única forma de hacerlo es que los tres presidentes territoriales apoyen a un mismo candidato.

Es lo que sucede ahora, las tres territoriales le apoyan a usted.

Siempre es un honor y resulta difícil rechazar una propuesta así, ya que podían haber elegido a cualquier otro igual o más capacitado que yo. He de reconocer que en un primer momento me sorprendió, ya que me llamaron los tres presidentes y me dijeron que habían pensado en presentar un candidato consensuado, el cual era yo. Eso sucedió allá por el mes de agosto, me dieron un tiempo para pensarlo, confirmé que los tres estaban de acuerdo y a partir de ahí tire para adelante. Si no hubiera sido una propuesta de los tres, probablemente no me habría presentado.

Teniendo en cuenta esos apoyos, ¿se ve ya presidente?

Hay que ser respetuoso con la asamblea, porque hay 125 asambleístas que son los que deciden, pero para eso vamos a Vitoria, para confirmar la elección. Evidentemente, uno siempre va a ganar y el que se presenta siempre tiene intención de ser el vencedor de las elecciones, pero hay que darle el respeto que merecen a quienes tienen que votar el martes.

El otro candidato es Arostegi, el actual presidente en funciones. ¿Esperaba tener un rival con el que medirse el próximo martes?

En principio no, pero después supimos que iba a presentarse como candidato y lo cierto es que me sorprendió, porque tanto las federaciones territoriales como sus presidentes querían un candidato de consenso y me habían elegido a mí. Tampoco entiendo que después de ser el presidente de consenso en 2009 ahora ninguno de los tres presidentes le apoye, aunque no tengo datos para poder juzgar.

En enero de 2009 estuvo a punto de presentarse, pero se retiró en el tramo final. ¿Qué sucedió entonces?

Fue simplemente un gesto testimonial que no llegó ni a cuajar. Me presenté a última hora y prácticamente no hice campaña. Fue un mero intento de dejar un testimonio, pero el presidente de consenso era Arostegi y retiré mi candidatura a los pocos días, de hecho ni hablé con las federaciones de Araba ni de Gipuzkoa. Fui con unos cuantos hombres y mujeres del mundo del fútbol, pero sabíamos de antemano que no íbamos a ninguna parte.

Ahora, sin embargo, es el favorito. ¿Qué puede mejorar con respecto al mandato de Arostegi?

Siempre digo que la FVF tiene un trabajo bastante rutinario y encorsetado. Pensar que uno va a hacer nuevas categorías, nuevas divisiones o nuevos grupos es complicado. Lo que hay que hacer es que lo que esté funcionando, funcione con más dinamismo, alegría y compromiso. En definitiva, que todo el mundo participe, porque creo que hasta ahora la federación vasca ha estado un poco arrinconada y apartada, como que nadie sabe lo que hace. Por eso considero que ha llegado el momento de abrir puertas y ventanas y hablar con todo el mundo, es decir, tanto con el fútbol profesional, como con el fútbol base, el femenino o el fútbol sala, dándole otra dinámica.

¿Se puede decir que esas son las bases de su proyecto?

Sí. Tenemos que aglutinar todo el fútbol de Euskadi en un solo grupo y en una sola conjunción. No puede haber departamentos aislados, enfrentados o reproches, tenemos que ir todos juntos y desde el primer minuto posterior a las elecciones no puede haber oposición, debe haber un trabajo conjunto en favor del fútbol vasco.

Hablando de la selección de Euskadi. ¿Qué planes tiene para ella si sale elegido presidente?

Sabemos que tenemos dificultades de carácter organizativo como puedan ser la FIFA, la UEFA o la Federación Española de Fútbol, pero creo que si no se hace nada se quedará todo como está, por lo que tenemos que trabajar y luchar por la oficialidad. Queremos crear una especie de comisión con expertos del deporte, con gente jurídica e incluso contar también con otras autonomías como la catalana para ir juntos y ver qué posibilidades tenemos de dar ese salto a la oficialidad. Sabemos que será un proceso lento, pero no vamos a hacerle ascos al intento.

¿Sería un sueño para usted lograr la oficialidad de la selección?

Sin duda. Estoy dispuesto a trabajar para ello, a luchar con los medios que tengamos a nuestro alcance y con las asociaciones o grupos que quieran participar en busca de ese objetivo. Existe un compromiso personal y además, los jugadores y Euskadi lo quieren, por lo que la FVF debe ser consecuente y coherente con lo que quiere el pueblo, pero siempre sin saraos y sin broncas. Debe hacerse con cabeza y con sentido común.

En cuanto al número de partidos por año, ¿jugar más de un encuentro anual es uno de sus objetivos?

Sí. Tenemos en mente hacer partidos tanto aquí como fuera. También tenemos la ilusión de organizar un partido en San Mamés antes de que se cierre el campo. Sería bonito organizarlo, por ejemplo, con Cataluña, y hacer una fiesta del fútbol en San Mamés antes de que la vieja Catedral desaparezca.