"El árbitro acudió a Mallona con alevosía y premeditación"

BILBAO. El cuarto ascenso a Tercera División del Santutxu, rubricado en mayo de 2010, cayó en la sede del club bilbaino como la oportunidad de asentarse en la categoría. Su presidente, Mitxelo Gómez, se afanó en edificar el sedimento necesario para lograr el objetivo. Pero el fútbol, y otras circunstancias, ha situado al equipo, en la jornada 27, en el antepenúltimo puesto, plaza de descenso, pero con margen para escapar de las tinieblas. Para tenebroso, lo acontecido en la matinal del pasado domingo en el campo de Mallona. El Santutxu fue capaz de arrancar un merecidísimo punto a uno de los favoritos al ascenso, el Gernika de Turrillas, pero el empate supo a poco a los de Marquitos, que se adelantaron 2-0 en la primera parte. Los de la Villa Foral equilibraron la contienda por sus méritos, además de por la colaboración de la actuación arbitral. Todavía escocían ayer las decisiones del guipuzcoano Egileor en la entidad bilbaina, y sobre todo a Mitxelo.

"No me gusta hablar de este tema, pero su comportamiento influyó en demasía. Lo tengo clarísimo. En la segunda mitad enseñó diez tarjetas al Santutxu y una al Gernika, y yo considero que no midió con la misma vara a unos y otros visto lo que ocurrió en el campo. Mi intención no es hablar de un robo pero creo que se lució", sostiene con amargor el máximo rector del club. También reconoce el notable trabajo del Gernika para nivelar la contienda tras el descanso, pero el enfado no deja de ser mayúsculo.

"No señaló dos penaltis clarísimos, uno de ellos en la primera parte, donde el contrario toca el balón con la mano, y en la reanudación el cambio en el tono del arbitraje fue brutal. Propició que nuestros jugadores perdieran los nervios, y de ahí llegaron las expulsiones de Izkoa y Andoni, por lo que acabamos con nueve el partido. Los dos levantaron el pie a media altura en un balón dividido, sin más, algo que al revés no quiso ver. Pero lo más grave de todo es que en el acta no están bien reflejadas las tarjetas que enseñó durante el encuentro", profundiza Mitxelo. "Yo lo tengo claro. Vino a Mallona con alevosía y premeditación". En el otro lado de la balanza aplaude el trabajo del equipo de Turrillas, sobre todo de Aimar Cid, "demostrando que es un futbolista de categoría superior.

a lasesarre, con la moral alta Con todo, el dirigente está convencido de las posibilidades del Santutxu pese a que encadena once jornadas consecutivas sin conocer la victoria, desde que lo hiciera el pasado 4 de diciembre (0-1) en el feudo del Hernani. La próxima plaza, Lasesarre -el próximo domingo, a las 11.30 horas-, no se atisba como el mejor escenario para iniciar la remontada pero en una categoría abierta a las sorpresas, "todo es posible". "El asunto en general está jodido al haber entrado en la dinámica de no ganar. Y en esta tesitura, todo sale mal y no te acompaña la suerte. Pero el grupo se encuentra motivado y con confianza. El vestuario piensa que se va a salvar y eso es lo más importante, ya que son los jugadores quienes saltan al terreno de juego. El domingo ya demostramos que podemos pelear contra cualquiera y somos conscientes de que Lasesarre es un sitio complicado, de grandes dimensiones, y ante un rival que está arriba por algo, entre otras cosas por disponer de nivel económico mayor que el nuestro. Eso al final marca diferencias a la hora de definir y decidir los partidos", argumenta Mitxelo.

La clave para voltear la situación residirá en los compromisos posteriores, recibiendo tanto a Arenas como a Eibar B en Mallona, y visitando al Vitoria. "En ese tramo de la segunda vuelta es cuando nos lo jugaremos todo porque es nuestra Liga. Sabemos que somos los terceros por la cola pero pelearemos hasta el último momento y tenemos fe en quedarnos en Tercera, expectantes además de los posibles arrastres desde Segunda B", a tenor de que el Lemona está prácticamente descendido. Club que se distingue por cuidar el fútbol base, el Santutxu brinda por una piza de fortuna, y porque el arbitraje de rigor no le chafe de nuevo la fiesta.