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Arlonagusia tira de hormigón armado

Aitor Alcalde, que llegó a Lezama tras probar en La Masía, confía en rescatar al Lemona del pozo

Arlonagusia tira de hormigón armadoPablo Viñas

BILBAO. AHORA que el fútbol vizcaino se destaca en Segunda División B y en Tercera, el Lemona, que en estas últimas temporadas ha sido su abanderado, no acaba de salir del agujero de la categoría de bronce pese a que en las jornadas precedentes ha contado con la sobresaliente actuación de su guardameta, Aitor Alcalde (Erandio, 22-V-1985), que confía en que mañana los cementeros, que reciben a las 17.00 horas al Guijuelo, levanten el vuelo. El triunfo ante el Burgos en la Copa Federación debe servirles además de revulsivo.

"Estamos obligados a hacer bueno el punto logrado en Aranda. ¿Por qué estamos así? No quiero que suene a perdedores, pero nos ha perseguido la mala suerte entre lesiones y decisiones arbitrales. Respecto a lo primero, la baja de Txope para medio año; en cuanto a lo segundo, acciones como el penalti y la expulsión que nos pitaron en Irun sirve de ejemplo. ¡En quince encuentros nos han señalado nueve penaltis en contra!", recuerda el erandiotarra que creció en la ikastola Altzaga antes de que el Arenas se fijara en sus prestaciones y de que debutara con apenas 17 años en el cuarto escalón del fútbol estatal. Algo se gestaba en sus manoplas porque los técnicos de La Masía le echaron el ojo. "Me fui allí a probar con el juvenil del Barcelona. Hasta entonces no supe nada del Athletic, fue después, a raíz de aquello, cuando recalé en Lezama", evoca.

Militó en el Basconia y en el filial rojiblanco, donde coincidió con los Fernando Llorente y Amorebieta, e incluso realizó dos pretemporadas con el primer equipo, aunque se vio en la tesitura de marcharse a Almería. "De los tiempos de Lezama me quedo con lo que me enseñaron y lo que aprendí. También cuando me fui a tierras andaluzas, ya que pese a ser el tercer portero y no jugar nada, entrenaba con la primera plantilla y siempre es bueno trabajar al lado de futbolistas de categoría", explica. "¿Volver al Athletic? También se habló de esa posibilidad el año pasado, pero prefiero no emocionarme ni hacerme a esa idea, sino evolucionar e ir paso a paso.

Tal y como está en estos momentos el Lemona, no me puedo poner a pensar en lo personal exclusivamente", añade.

Hace quince días Alcalde adivinó la trayectoria del balón disparado por Suárez desde el punto de penalti para frustrar al Alavés con una portentosa tarde. "Me siento con confianza pero de nada sirve si el equipo no suma los tres puntos", dice el portero, que aplaude al club vizcaino por no cuestionar al entrenador, González-Etxebarria. "Que el presidente apueste por su continuidad nos da energía porque nosotros tenemos mucha confianza en él. Lo que sí debemos lograr es que Arlonagusia sea un fortín desde ya, al igual que el Guijuelo trata de hacer con su campo", constata Aitor. "Necesitamos encadenar una serie de resultados para escapar cuanto antes de esa zona donde otros rivales de postín como la Real Sociedad B también se han quedado clavados".

Para ello habrá que mejorar tanto arriba como abajo. "La verdad es que no estamos creando el suficiente peligro pero todos tenemos que enderezar este barco", apunta, suspirando por aquella racha que mantuvo en los buenos tiempos y que llegaba a un gol encajado por partido. Señal de que el Lemona tiene que maquillar sus números son los 21 goles recibidos, cifras parecidas a las de quienes le acompañan en los puestos de descenso. Los nueve tantos que figuran en su casillero a favor denotan asimismo que flaquea por más de una vertiente. Alcalde se muestra dispuesto a colaborar en aquello que le toca y esperanzado en que la nave cementera tome pronto la senda por donde suele discurrir. El Gijuelo, que viene de vencer en Lezama, "no será tarea sencilla".