bilbao. Jaime Lissavetzky, Secretario de Estado para el Deporte, salió ayer al paso para defender la actual política antidopaje española y anunció que durante 2010 se hicieron un total de 1.164 controles de dopaje en el estado, de los cuales, el 18% estuvo dirigido al fútbol, por lo que se escuda así de las críticas por la supuesta permisividad que se tiene con el deporte del balompié desde las agencias competentes.
Lissavetzky, que pronto renunciará al cargo para concurrir a las elecciones municipales como candidato a la alcaldía de Madrid, apuntó que en 2009 se hicieron otros 1.098 controles, frente a los 557 efectuados en Francia el mismo año. Con estos datos, el mandatario quiere demostrar que su gestión al frente de la lucha con el dopaje ha dado grandes pasos: "Hemos dado la vuelta como un calcetín a la política antidopaje. ¿Es que se han vuelto locos todos los gobiernos europeos para elegirme dos veces como su representante en el comité ejecutivo de la Agencia Mundial Antidopaje?".
Tras las 40 operaciones policiales en ese ámbito realizadas en su mandato, Lissavetzky se muestra satisfecho: "La operación Puerto es el ejemplo de que en España no se tapa nada, pero hay que intentar que la justicia ordinaria tenga mayor rapidez y se adecue a la deportiva".