El Gran Premio de los Estados Unidos comenzó a resolverse bien temprano. La curva inaugural, la cima donde termina la recta de meta, donde se pronuncia un desnivel de 30 metros con una anchura en la que caben hasta catorce coches en paralelo, ofrece un abanico de trayectorias para escoger. El poleman Lando Norris y Max Verstappen, enconados en la lucha por el título, se afanaron tanto en cobrar la primera posición –el neerlandés se coló por el interior y asfixió al británico en la salida del ángulo– que abrieron la puerta a Charles Leclerc, que catapultado desde la cuarta pintura se aupó en el liderato para imponer un ritmo endiablado que dejó a Verstappen descolgado, segundo, en apenas un giro. La incógnita por la victoria murió ahí.
La única amenaza de Leclerc en Austin fue el safety car que apareció en la tercera vuelta, provocado por Lewis Hamilton, que quedó varado en la grava. La anulación de las diferencias pudo hacer temer a Leclerc, pero en la relanzada Ferrari proyectó una velocidad que anuló cualquier atisbo de competencia. En la vuelta 25 de las 56, tras reanudarse la prueba en la quinta vuelta, Leclerc gozaba de 11 segundos de ventaja.
Para mayor tranquilidad en Ferrari, Red Bull reportaba daños. “Hemos encontrado un problema en el coche, pero podremos arreglarlo en la parada”, informaron a Verstappen, que se defendía de un posible ataque de Carlos Sainz, tercero pero también con problemas. “El coche huele mucho a gasolina”, expresó el madrileño.
Norris ocupaba el cuarto lugar. No ofrecía síntomas de poder progresar, subrogado a la espera de ver las estrategias ajenas. Y el baile en boxes aupó a Sainz, que realizó un undercut a Verstappen. El doblete de Ferrari se había consumado. Los McLaren, mientras, aguantaron en pista y con el camino libre comenzaron a firmar sus mejores registros personales.
La mejoría de McLaren prosiguió tras sus paradas. Coincidió además con la caída de Verstappen. “Las ruedas no son buenas: no puedo frenar y no puedo atacar”, dijo el líder del Mundial, que comenzó a ver cómo su diferencia con Norris se reducía drásticamente. La lucha directa por la tercera posición entre los dos primeros clasificados del campeonato empezó en la vuelta 45. Verstappen sufría, pero se defendía con talento; Norris lo intentaba de todas las maneras.
En la vuelta 52, Norris lanzó el coche por el exterior de la curva 12 y Verstappen alargó la frenada para llegar antes al vértice, dejando sin espacio a Norris, que superó al neerlandés por fuera de la pista. La FIA sancionó la maniobra de Norris, que no devolvió la posición, con 5 segundos, penalización muy cuestionable que al término de la prueba devolvió la tercera plaza a Verstappen. El líder posee 63 puntos de ventaja con cinco carreras y dos esprints pendientes, pero con sensaciones negativas.