“¡Vivaaa Las Vegas, vivaaa Las Vegas!”, se arrancó Max Verstappen emulando a Elvis Presley nada más cruzar la línea de meta del Gran Premio de Las Vegas como flamante vencedor. Es la nueva estrella del rock. Eufórico un tipo que siempre se muestra como un témpano de hielo. “¿A dónde vamos?”, preguntaba Charles Leclerc a Verstappen y Sergio Pérez, integrantes del podio, cuando viajaban juntos en el asiento trasero del Rolls Royce provisto por la organización, una vez concluida la novedosa carrera. Ya se sabe, lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas. “Directos al night club. Nos vemos mañana... ¿o no?”, bromeaba impropio Mad Max, que cerraba el penúltimo capítulo de la temporada en la Ciudad del Pecado con una sonrisa de oreja a oreja pese a que los días previos cargó con dureza contra la glamurosa prueba estadounidense. “Te sientes como un payaso. Mónaco está al nivel de la Champions League. Esto es la National League”, bramaba poco antes de alcanzar las 53 victorias de Sebastian Vettel para igualar al alemán como el tercer piloto con más victorias de la historia de la Fórmula 1. No existe la clemencia para el neerlandés sediento e impasible, brillante en una noche salpicada de electricidad, tanto en la iluminación como en el fragor de la batalla.

Verstappen se sobrepuso a una sanción de 5 segundos, a dos investigaciones, sufrió graining sobre un asfalto de comportamiento insospechado, vivió las apariciones de safety cars, sufrió un golpe y realizó una parada más que el segundo clasificado, Leclerc. Todo ello ingredientes para comprometer una nueva cita con la dominación. Pero en la vuelta 37 de las 50 pactadas sobrepasó al monegasco para dirigirse autoritario hacia su 18ª conquista del año tras 22 carreras. Ya cuenta con otro récord: ha liderado 951 vueltas de las 1267 posibles en 2023, el mayor porcentaje de la historia con un 75.1% que supera con holgura a Jim Clark, quien en 1963 lideró 506 de 708 vueltas (71.4%).

Red Bull registró además un nuevo récord particular: por primera vez obtiene el campeonato y el subcampeonato de pilotos. El tercer lugar de Checo Pérez certificó el logro. El mexicano se quedó a las puertas de sellar un doblete para la escudería, pero perdió la segunda plaza en el giro definitivo. Si bien, tuvo una notable actuación que le condujo desde la undécima pintura de la parrilla de salida hasta el cajón. Las Vegas es un paraíso para los sueños.

Leclerc, obligado a ser prudente

Verstappen se instaló en cabeza en la primera curva, pero lo hizo gracias a una maniobra que implicó la expulsión de la pista del poleman Leclerc. “Me empujó hacia fuera, así que tendría devolverme la posición”, protestó el monegasco, que a la postre quitaría hierro al asunto: “Max ya ha ganado el campeonato de pilotos y el de constructores y sabe que va a ir a por todas y que lo daría todo en la primera vuelta, en la primera curva, así que le dejé un poco más de espacio porque tengo más que perder y sobre todo con la batalla de constructores con Mercedes”.

Más tarde la acción de Verstappen encontraría su sanción de 5 segundos. “Dadles recuerdos de mi parte”, expresó con sarcasmo Verstappen al conocer la pena. El caos, sin embargo, no es problema para el tricampeón, que rueda disfrutón pese a que mostró un grado de vulnerabilidad pocas veces visto este año. En ocasiones, su liderato parecía verse comprometido. “Quería la victoria, pero al menos tengo esta jodida segunda plaza”, se consoló Leclerc, que rodó varias vueltas en cabeza pero que ya parece afincado en la frustración ante un despiadado piloto que no deja migas para sus rivales. Los 3,9 segundos perdidos en su pit-stop fueron un mal augurio para Leclerc. 

En el giro 16 Verstappen, en el abismo de sus neumáticos, desfallecidos pero con ímpetu por empujar con ritmo, perdió el liderato. Leclerc se alzó en cabeza, pero esa dichosa parada y la aparición del safety car igualó de nuevo la contienda. Incluso, Verstappen, caído al séptimo puesto tras sustituir sus gomas, impactaría con George Russell. Verstappen tuvo que quitarse de en medio a Pérez y Leclerc para recuperar el liderato en un día caótico en el que chocaron.

Trompos de Carlos Sainz y Fernando Alonso

Una vez que se acerca el final del campeonato, afloran los nervios y eso se pudo ver en los primeros metros. Fernando Alonso y Carlos Sainz realizaron trompos en la primera curva y vieron mermadas sus opciones. El asturiano sería noveno y el madrileño, sexto. "Hemos hecho más de los que pensábamos", manifestó Alonso, que llegó a rodar decimoctavo tras partir noveno. Aunque sus coches estaban dispuestos a dar más de sí, como muestra la segunda posición de Leclerc con Ferrari y la quinta de Lance Stroll con el Aston Martin tras partir penúltimo. Para Lando Norris fue otro desastre, ya que se accidentó y tuvo que ser trasladado al hospital, donde se descartaron lesiones. Si bien, tanto Sainz como Alonso se vieron beneficiados por la baja de Norris, que es sexto en el campeonato, a 5 puntos de los 200 que presentan tanto el madrileño como el asturiano, cuarto y quinto, respectivamente. Lewis Hamilton, que terminó séptimo en Las Vegas, es tercero, con 232. El Gran Premio de Abu Dhabi bajará la persiana con un bonito duelo por la cuarta plaza.